Rodrigo Almonacid, referente del movimiento que impulsó la ley en 2020 en Chubut, destacó el acuerdo unánime logrado entonces en una Legislatura peronista y criticó la polarización que hundió la iniciativa en el Senado.
Mientras el proyecto de Ficha Limpia naufragaba en el Senado nacional entre cruces partidarios, Chubut emerge como un caso paradigmático. En 2020, bajo un gobierno peronista y con solo dos diputados opositores, la provincia sancionó por unanimidad su ley de inhabilitaciones para condenados por corrupción.
Rodrigo Almonacid, militante del movimiento impulsor, reconstruyó en FM Master’s el proceso: «Tuvimos un historial feo, con causas como embrujo o revelación, pero los diputados entendieron que esto era necesario. La ley salió en plena pandemia, en sesión virtual, con el respaldo del vicegobernador Ricardo Sastre (PJ) y las 300.000 firmas que entregamos».
El modelo chubutense, progresivo en su alcance, comenzó con delitos contra la administración pública y luego incorporó otras figuras. «Es un proceso -explicó Almonacid-. Primero se incluyeron los delitos de corrupción, después los sexuales, y finalmente el gobernador Torres sumó todos los dolosos». Un detalle clave: la discusión evitó personalismos. «Acá primó mejorar la calidad institucional. El peronismo tomó esta bandera sin particularizar, pese a tener mayoría absoluta en la Legislatura».
Frente al debate nacional, donde la iniciativa se redujo a un choque «pro o anti Cristina», Almonacid enfatizó el espíritu original: «No queremos representantes con condenas por corrupción confirmadas por dos tribunales. Es algo básico. Cuando se habla de quién tiene más causas, se degrada el proyecto».
Aunque celebró el avance provincial , junto a otras reformas como la eliminación de fueros, lamentó la actitud del senador Carlos Linares (PJ), quien votó contra la ley nacional, en contraste con sus pares provinciales.
Sobre el impacto, destacó que la transparencia atrae inversiones, pero criticó al Gobierno: «No vinculan la mejora institucional con la economía. El manoseo en el Congreso, sin quórum o con proyectos alternativos, muestra que no lo tomaron en serio».
Con la iniciativa frenada hasta 2026, Almonacid apuesta a replicar el camino chubutense: «Seguiremos trabajando en municipios y provincias. Tierra del Fuego ya tiene proyectos». Una hoja de ruta que, en su visión, debe ascender «de abajo hacia arriba».