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20 de mayo de 2024

Sismos en Tierra del Fuego: “El temor más importante es que nadie nos está preparando”

Carlos Zampatti, escritor y agrimensor fueguino autor del premonitorio libro de ficción “El Día del Sismo”, pasó por FM Master’s y dejó algunas consideraciones respecto de los movimientos telúricos y sus consecuencias, en el marco del reciente temblor este domingo a las 8 horas 54 minutos 46 segundos, en la plataforma submarina argentina a casi 70 kilómetros de Río Grande y a 168 de Ushuaia.

Zampatti hizo alusión al sismo que imaginó en su obra literaria: “yo lo situé en las inmediaciones de Ushuaia, un sismo mucho más intenso que el de este domingo. Un sismo equiparable, en la ficción, al que efectivamente sucedió en 1949, que fue de una magnitud mayor que 7 grados de la escala Richter”.

En virtud de las características geológicas y estructurales del suelo de Ushuaia, las consecuencias de un sismo de esas características serían realmente nefastas, según apreció: “en principio nos quedaríamos sin agua y sin gas, con lo cual también nos quedaríamos sin electricidad. Si la ruta se cortara, quedaríamos totalmente aislados del resto del país, salvo por vía marítima”. En base a su investigación “armé la ficción con cuatro historias convergentes y la relación entre sus personajes con un sismo que apareció imprevistamente”.

Con respecto a la resistencia de las construcciones, en virtud de estar en una zona sísmica, señaló que es obligación que se realicen con una estructura antisísmica, de tal manera que no se derrumbarían en el caso de un sismo. “Lo que pasa -evaluó- es que hay que ver cómo están hechos esos cálculos, cómo está hecha la construcción. A lo mejor a algunos se les escapó algún detalle y puede ser que algunas construcciones no sean el 100% antisísmicas que deben resultar”. Para ello puso de referencia el reciente terremoto en Turquía, “donde hubo decenas de miles de muertos porque se derrumbaron casi todas las construcciones. A lo mejor en aquel lugar no eran lo suficientemente antisísmicas como correspondería”.

De hecho, repasó que ninguna construcción de antes de fines de los años ‘70 eran antisísmicas. “Tengo duda que la casa de gobierno, que fue terminada de construir en el 74, sea totalmente antisísmica” se preguntó, por ejemplo. La escuela 1, la más antigua de Ushuaia, “no es antisísmica y hace unos años hubo algunos problemas al respecto que se intentó reforzar la estructura”.

La conciencia respecto de las construcciones antisísmicas se dio a partir del terremoto de 1977 en Caucete, San Juan, cuando el INPRES (Instituto Nacional de Prevención Sísmica) dividió al país según el riesgo sísmico “y a Ushuaia la puso dentro de una de las categorías más altas de riesgo”.

Que toda la ciudad o gran parte de ella se quede eventualmente sin gas tiene su fundamento en que se trata de caños rígidos que, con un movimiento de estas características, se quebrarían naturalmente. Además, Ushuaia está unida a los pozos de gas a través de un gasoducto a lo largo de la ruta 3, que es muy probable que en algún lugar se rompa: “evidentemente no habría ni suministro de gas en Ushuaia, con lo cual también la usina se quedaría sin poder producir electricidad” imaginó.

En tales condiciones, Zampatti advirtió que son sumamente necesarios los simulacros en la ciudad, “pero tampoco son suficientes, porque cada vez hay más edificios de altura en Ushuaia, edificios de 4, 5 pisos o más incluso, los cuales no tienen ningún simulacro, ninguna práctica de qué hacer en el caso de un sismo, cómo salir de ese edificio”, en caso de una emergencia.

Ejemplificó por la contraria con la ciudad de Santiago de Chile, donde es obligatorio en los edificios altos, que además tienen un simulacro anual de evacuación por edificio, que en cada departamento haya una serie de elementos como hachas, martillos y algunos otros elementos como para romper una puerta que no se puede abrir, por ejemplo. “Acá no hay indicaciones al respecto, o sea que, si llega a haber un sismo de esta característica, ninguno de nosotros sabríamos bien qué hacer” lamentó el escritor.

Esa prevención no solamente no la tenemos, según denotó, sino que “no nos incentivan para tenerla, no hay indicaciones a nivel provincial o municipal para que digan qué es lo que tenemos que hacer”.

Sobre el final de su intervención, Zampatti prácticamente rogó “que por favor hagan una campaña de concientización a la población con respecto a qué hacer. Triste sería un terremoto que caiga en cualquier época del año, porque si es intenso, Ushuaia quedaría totalmente aislada”, situación que se agravaría considerablemente si ocurriese en invierno.

“El sismo es imposible predecirlo, puede ser dentro de 5 minutos, 5 meses, 5 años o 5 décadas. Pero algún día va a suceder y tenemos que estar preparados. El temor más importante es que nadie nos está preparando” reflexionó finalmente Carlos Zampatti.

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