En la mañana de ayer, en un acto en Campo de Mayo, el presidente Mauricio Macri anunció que avanzará con la reforma del funcionamiento de las Fuerzas Armadas para permitir “mayor colaboración” de los militares en tareas de seguridad interior, como la lucha contra el narcotráfico y la custodia de “objetivos estratégicos”.
“Las Fuerzas Armadas tienen prohibido intervenir en temas de seguridad interior. Este nuevo paradigma de las nuevas amenazas construye enemigos internos y aumenta la violencia. Involucrar a las Fuerzas Armadas en seguridad interior pone en riesgo su gobierno civil y los derechos humanos”, advirtieron desde el CELS (Centro de Estudios Legales y Sociales), quienes llamaron a repudiar la reforma y defender la “estricta separación” entre defensa y seguridad interior.
Para el ex ministro de Defensa Agustín Rossi involucrar a los militares «exige la modificación de tres leyes piramidales de la democracia argentina», en referencia a las leyes de Defensa, Seguridad Interior e Inteligencia. «Sin ello es ilegal. Por lo tanto el debate debe pasar por el Congreso de la Nación», remarcó el ahora diputado nacional.
Quien también criticó fuertemente la medida fue la exministra de Defensa durante el kirchnerismo y actual diputada del bloque FpV, Nilda Garré, quien aseguró que “el plan de “reconversión” de las FFAA incluye el cierre de unidades militares y la venta de sus predios. Hay que evitar que se disfrace un negocio inmobiliario y garantizar que lo producido se reinvierta en Defensa, según propongo al Congreso”.
En tanto que para la CORREPI (coordinadora contra la represión policial e institucional) la medida anunciada por el presidente “legitima el accionar represivo que se descarga contra los sectores en lucha las barriadas populares, con la doctrina Chocobar y las reformas del código penal”.