Con un acatamiento masivo, los trabajadores de SIPROSA
realizaron un paro de 24 horas y movilización a Casa de Gobierno,
denunciando la falta de respuestas del Ejecutivo tras meses de
negociaciones infructuosas.
Más de cien profesionales de la salud se congregaron este jueves en horas
de la mañana en Ushuaia para llevar adelante una movilización hacia
Casa de Gobierno, en el marco de un paro de 24 horas que ha registrado
un "alto acatamiento" según Daniel Romero, titular de SIPROSA.
La medida, que comenzó a las 8:30 horas, refleja el descontento de un
sector que, pese a su carácter esencial, decidió interrumpir servicios ante
la falta de avances en su reclamo salarial. "Los profesionales somos
trabajadores esenciales, y los que estamos acá somos los que
podemos hacer la medida", explicó Romero en diálogo con FM
Master's, destacando la presencia de colegas que, aunque no pueden
sumarse al paro por guardias pasivas, respaldan la protesta.
El conflicto no es reciente. Según el dirigente, las tratativas con el
gobierno provincial se remontan al 27 de marzo, sin que hasta ahora se
hayan logrado soluciones concretas. "Hemos tenido conversaciones
con el ministro de Economía, el ministro de Salud, incluso la
ministra ha llevado nuestras demandas al gobernador y al equipo
ejecutivo, pero no hemos tenido resultados", afirmó.
La frustración es palpable: "Hay muchas reuniones y ninguna
respuesta", insistió Romero, subrayando la excepcionalidad de la
medida. "Es un gremio que no hace paros; sorprende el
acompañamiento que hay para esta acción".
La advertencia sobre el impacto en la salud pública fue clara. "Un
profesional que se va es un servicio que se cierra o que disminuye
críticamente su atención", señaló el referente, aludiendo al riesgo de
deserción de personal si no se atienden sus demandas.
Mientras en Ushuaia se implementaron retenciones de dos horas por
turno, en Río Grande la atención ambulatoria se redujo drásticamente a
"un paciente por hora", según confirmó Romero.
Tras la concentración frente a Casa de Gobierno, los manifestantes
realizaron una asamblea para definir los próximos pasos. El dirigente dejó
en claro que la presión seguirá si las autoridades no responden.
Con los servicios limitados y el malestar creciente, el conflicto amenaza
con extenderse en una provincia donde la salud pública ya enfrenta
desafíos estructurales.