Por Alejandra Portatadino*.- Estamos viendo como grupos económicos están empeñados y obsesionados en mancillar sin escrúpulos la memoria del Dr. Ramón Carrillo, neurocirujano, neurobiólogo y sanitarista argentino, que objetan que la imagen de ese ilustre médico sanitario puede ser colocada en los billetes de 5.000 pesos.
¿Están tan preocupados los laboratorios y clínicas privadas de que se vuelvan a implementar las políticas de un sistema de salud público de calidad en Argentina, como el implementado por el sanitarista Dr. Ramón Carrillo, que intentan a toda costa mancillar su buen nombre y honor?
Lo tildan de Nazi, homofóbico, algo tan alejado de la verdad y la realidad que, las calumnias que quieren volcar sobre él, esos viles personajes, que solo buscan su enriquecimiento personal sobre la salud y bienestar del pueblo Argentino, resultan ridículas y fácilmente caen por su propia ignominia, la falsedad de los títulos que quieren imponer sin contenido cierto alguno.
Comencemos a echar luz sobre la trama. Uno de los títulos que intentan instalar es que era homofóbico, algo muy lejos de la realidad. Para eso tenemos que ver en que épocas estaba ubicado, no encontramos en las décadas del 30 y del 40, no existían todavía ni los estudios de género multidisciplinarios de la actualidad, ni las reivindicaciones de los colectivos actuales.
Con anterioridad a los principios de los 60, muchos gays, lesbianas y travestis acudían a los médicos para curarse, y poder ser “normales” como lo marcaban las religiones cristianas, judía y musulmanas de ese entonces y algunas personas caían en el peor lugar. Donde además se pregonaba la enfermedad y el pecado era en las iglesias, para “curarse”. Otros médicos, que de acuerdo a su juramento hipocrático y desde la buena fe de sus conocimientos de esa época precisamente hacían lo imposible para «curar» a esos pacientes que a ellos recurrían, pero no desde la discriminación sino desde la sanación con la visión de esa época, más aún el Dr. Ramón Carrillo.
Como neurobiólogo, desde su disciplina buscaba aliviar a esas personas ¿se puede condenar con los conocimientos del siglo XXI a un médico de mediados del siglo pasado que desde su buena fe y formación quisiera remediar el dolor que esos pacientes le transmitían? Sería lo mismo condenar a un médico que antes de Luis Pasteur no esterilizara sus instrumentos quirúrgicos.
Solo basta leer su historia, sus estudios, su posibilidad de ser un hombre próspero y rico en el mundo de la medicina para ver que el Dr. Ramón Carrillo, no solo fue un hombre honesto, fue un gran sanitarista. Dedicó su vida a mejorar la salud pública y que fuera accesible y asequible de calidad en iguales condiciones. Algo que a la clase alta llamada “bien” de esa época le molestó mucho, compartir la habitación con un/a negrito/a, ya que la salud de los más humildes era atendida por las » curanderas y parteras».
Recuerdo de adolescente escuchar a amigos de mi abuelo peronista, criticarle cuando se reunían allá por los 70, como él proveniente de una familia bien podía apoyar a Juan D. Perón que traía a la ciudad a esos vagos, cabecitas negras, y como tuvieron que compartir hospitales con ellos que tenían olor a sucio.
Mi abuelo les respondía, que si tenían olor a sucio era porque no tenían agua corriente como ellos y que había que proveerlos de agua corriente y cloacas para que se bañaran porque a nadie le gusta estar sucio, les cerraba la boca.
Se ve con lo que está pasando que todavía la derecha todavía le tiene un odio visceral a todo/a lo oscurito/a, disfrazada de cierta tolerancia, y como decía nuestra vicepresidenta Cristina Kirchner no hablemos de tolerancia, hablemos de igualdades.
Otro de los títulos que le achacan es que era Nazi. Bien, cuando viajó a Alemania, quedó deslumbrado por el sistema de salud germano. Recordemos cómo Alemania había salido de la miseria más absoluta en que había quedado luego de perder la segunda guerra mundial, la inflación y la pobreza asolaba sus calles, y donde el papel de su moneda servía para alimentar las estufas y la gente moría de frío y enfermedades en la calles, para luego a mediados de los años 30 comenzar a convertirse en un país industrial.
Eso no implicaba que Ramón carrillo fuera Nazi, yo misma admiro la capacidad de recuperarse de Alemania después de dos guerras mundiales que la dejaron convertida en cenizas, y soy lo más opuesta al nazismo que pueda haber. Pero vale recordar que le mejor amigo de toda la vida del Dr. Ramón Carrillo fue el Dr. Salomón Chichilnisk médico y literato de origen judío, a quien convocara como Secretario General de Asistencia de Alienados e Higiene Mental de la Nación (1946-1947) y, conservando la jerarquía antedicha, Director de Alienados e Higiene Mental (1947-1949), Director de Hospitales Psiquiátricos (1949-1951), Director General del Servicio Nacional de Extensión Hospitalaria y Hospital a Domicilio (1951-1954) y Director de Lucha Contra las Enfermedades Neurológicas y Mentales (1954-1955) en el Ministerio de Salud Pública de la Nación y vale también recordar quienes se encontraban entre sus discípulos de mayor confianza, los doctores Jorge Cohen, Fernando Knesevich, Jacobo y León Zimman y D. Nijenshon. Por favor tildar al Dr. Ramón Carrillo de Nazi es una ridiculez sin gollete.
Y con respecto a los científicos alemanes que se trajeron a la Argentina post guerra, Estados Unidos y Rusia hicieron lo mismo de repartirse los científicos alemanes, y tanto Rusia como los EEUU, no son precisamente Nazis.
Argumentos que rompen a pedazos esos titulares con los que quieren ensuciar la memoria del Dr. Carrillo tildándolo de Nazi, pero donde sus únicos pecados para esa gente era ser negro, provinciano, haber sobresalido como neurocirujano, neurobiólogo y sanitarista, el primero haber militado en FORJA junto a Scalabrini Ortiz, Homero Manzi y Ernesto Jauretche, para que luego de haber sido convocado por el presidente Juan D Perón y ver que la visión de la salud pública era concordante con ese gobierno fue que se hizo Peronista, porque también luego de estudiar su gobierno, los avances sociales en la igualdad de derechos y protección sobre los más vulnerados, como ingeniera también soy peronista y Carrilista ¿y qué?.
Porque Ramón Carrillo fue una de mis mayores inspiraciones para dedicarme a la ingeniería sanitaria, cofundar Ingeniería sin Fronteras Argentina, llevar la ingeniería donde no llega, donde el mayor orgullo fue que nuestro primer proyecto fuera en Villa Soldati en el barrio Ramón Carrillo y con los curas Villeros quienes nos otorgaron en la parroquia Cristo Obrero en la villa 31, la misma que hoy el intendente de la Ciudad de Buenos Aires Larreta dejó sin agua potable, el mayor premio que he recibido en mi vida, un humilde papel impreso que rezaba “Parroquia Cristo Obrero, Premio Padre Carlos Múgica, ONG Ingeniería sin Fronteras Argentina, 11/05/2013”, y así llegué a esta isla grande Tierra del Fuego convocada por la Ministra de Desarrollo Social de ese entonces Marisa Montero, para colaborar con profesionales locales, hoy amigos, en remediar la situación desde la Ingeniería sanitaria para los Barrios Informales de esta hermosa provincia.
Por eso, la memoria del Dr. Ramón Carrillo tiene que ser borrada del mapa por las Obras Sociales, laboratorios y clínicas privadas, que tienen pánico que resurja desde las cenizas un nuevo sistema de salud pública de calidad, con laboratorios y nuevos profesionales Carrillistas, y, que con tanto empeño intentaron destruir, las administraciones de Mauricio Macri y María Eugenia Vidal como se ha publicado en varios periódicos y denunciado por varios profesionales.
Necesitan borrar la memoria del Dr. Ramón Carrillo del Pueblo Argentino, pero su curriculum profesional y su humanismo y sensibilidad por los más desposeídos lo preceden. Solo vale ver sus investigaciones, contribuciones y aportes a la salud pública de calidad de la República Argentina.
*Ingeniera Mecánica. Magister en Ciencias del Petroleo y Sistemas Geodésicos. Ex Gerente de Chevron International. Co fundadora de Ingeniería sin Fronteras Argentina. Profesora post grado UTN Buenos Aires. Miembro de la Asociación Americana de Ingenieros Mecánicos ASME. Actualmente reside en Ushuaia.