La vocera de MUMALA reveló que en 10 años hubo 2.590 femicidios, uno cada 29 horas. Criticó la falta de políticas preventivas y alertó sobre el desmantelamiento de programas en un contexto de ajuste.
En el décimo aniversario del movimiento Ni Una Menos, la vocera nacional de MUMALA, Victoria Aguirre, presentó un balance crudo: 2.590 femicidios en diez años, uno cada 29 horas en promedio. «Los números son dolorosos», afirmó, en un contexto de recorte de políticas públicas y acceso limitado a la justicia.
Desde FM Master’s, Aguirre detalló que, aunque 2017 fue el año más cruento, la cifra se mantiene estable: entre 260 y 280 femicidios anuales. «No es un dato menor: en localidades pequeñas, un solo caso dispara la tasa nacional», señaló, enfatizando el impacto comunitario de cada víctima.
Consultada sobre la persistencia de la violencia, Aguirre apuntó a «una matriz de desigualdad estructural» y a la falta de aplicación efectiva de herramientas existentes, como la Educación Sexual Integral (ESI) o la Ley de Protección Integral a las Mujeres (2009). «El Estado llega tarde: los programas acompañan casos puntuales, pero no previenen», sostuvo.
Criticó la desfinanciación actual: «Los programas teóricamente existen, pero en la práctica no hay dónde buscarlos». Aunque destacó disparidades territoriales -algunos municipios sostienen políticas-, subrayó que, sin directivas nacionales, la respuesta es «discrecional y dependiente del presupuesto local».
Sobre los 2.788 niños y adolescentes que quedaron huérfanos por femicidios, Aguirre denunció el abandono de la Ley Brisa, que otorgaba reparaciones económicas: «Hoy es inexistente». Cuestionó la contradicción de un gobierno que «habla de natalidad, pero elimina planes clave para prevenir violencia adolescente».
La vocera alertó sobre violencia en ámbitos laborales, donde «la solución suele ser que la víctima renuncie». Recordó que la problemática trasciende clases sociales: «Incluso mujeres con recursos económicos quedan atrapadas». Y reiteró que la erradicación requiere compromiso social: «Todos habilitamos espacios violentos, desde comentarios hasta omisiones».
Victoria Aguirre cerró con un llamado a declarar la emergencia en violencia de género y a exigir derechos en las urnas: «Este gobierno es peligroso: recorta derechos de mujeres, jubilados y discapacitados. No podemos normalizar que nos maten».