El analista económico Federico Rayes analizó el índice de inflación de agosto, que alcanzó un 4.2% a nivel nacional, algo más elevado para la región de la Patagonia, y en particular puso énfasis en los guarismos de Tierra del Fuego.
El índice de inflación del mes de agosto se ubicó en un 4.2% a nivel nacional, impulsado principalmente por aumentos en los servicios regulados, según informó el economista Federico Rayes, titular de la consultora Ecotono, quien destacó que este incremento era de alguna manera previsible, ya que «la decisión política del gobierno nacional de estirar los aumentos de servicios venía siendo postergada».
En este sentido, Rayes explicó, por FM Master’s, que la relajación de los precios en servicios esenciales como transporte, luz, agua, gas y prepagas finalmente terminó impactando en el índice de agosto. «Esto finalmente termina impactando en el número, es lo que estamos viendo», puntualizó el analista, dejando en claro que las medidas de contención adoptadas por el gobierno nacional no fueron suficientes para evitar el alza.
A pesar de los esfuerzos del gobierno por mantener la inflación por debajo del 4%, Rayes señaló que este objetivo parece difícil de alcanzar en el corto plazo. «Yo creo que gobierno nacional no debe estar muy contento con este número. Ellos estaban tratando de romper el piso del 4%, incluso con la inflación núcleo, pero va a haber que esperar un poco porque, si la dinámica sigue así en septiembre, es muy probable que sea el quinto mes cercano al 4%», afirmó el especialista. Además, añadió que el deseo del gobierno de llevar la inflación al 2% para fin de año «se está haciendo esperar».
La región de la Patagonia presentó un escenario aún más complicado, con un índice de inflación del 5%, un punto por encima del promedio nacional. Según el economista, esto es algo que ya se ha vuelto habitual: «Nuevamente un mes más, más elevado. El acumulado patagónico viene más elevado que el nacional, como nos tienen acostumbrados».
Dentro de la región, Tierra del Fuego se destacó por la mayor incidencia del componente de servicios en la canasta de bienes y servicios, siguiendo una tendencia similar a la registrada a nivel nacional.
Rayes explicó que, en la provincia, la inflación de la canasta alimentaria, que contempla solo bienes, fue de un 3,7%, pero al incorporar los servicios, el aumento total de la canasta llegó al 4.1%. «Se hace ver a las claras el componente de los servicios dentro de la canasta que está teniendo un peso importante», comentó. Esta diferenciación entre bienes y servicios es clave para entender el impacto desigual de la inflación en diferentes sectores de la economía.
El aumento de los costos de vida es palpable en los hogares, donde el impacto de la inflación se siente cada vez más. Según los datos de la consultora, «una familia de cuatro personas, dos adultos y dos menores en edad escolar, requiere un poco más de $1.500.000 para adquirir esa canasta básica». Esto incluye alimentos, transporte, vivienda y otros gastos esenciales, reflejando el alto costo de vida que afecta a las familias argentinas.
A medida que se acercan los últimos meses del año, Rayes advirtió que la tendencia inflacionaria probablemente se mantenga: «Esto, evidentemente, va a seguir su dinámica de aceleración hasta el fin de año». Las expectativas de una desaceleración en la inflación parecen cada vez más difíciles de cumplir, dado que los ajustes en los precios de los servicios, que se habían postergado, ahora están contribuyendo significativamente al alza general de precios.
En resumen, el aumento de los precios de los servicios fue el principal responsable del 4.2% de inflación registrado en agosto. La política del gobierno de contener estos aumentos ha mostrado sus límites, y aunque la inflación de bienes se mantuvo más moderada, la presión sobre los servicios parece imparable, lo que ha generado preocupación en los sectores económicos y sociales que ven cómo los costos de vida continúan en ascenso.
