El diputado de La Libertad Avanza pidió que se tomen medidas en la provincia que acompañen a las de Nación, por ejemplo, el Rigi. En relación al fallo que condena a CFK descartó que tenga implicancias en el funcionamiento del congreso.
El diputado nacional de La Libertad Avanza, Santiago Pauli, aseguró que el fallo judicial contra Cristina Fernández de Kirchner no incrementará la tensión en la Cámara de Diputados más allá de lo habitual. En diálogo con FM Master’s, el legislador fueguino sostuvo que la conflictividad política ya es una constante: «Ha sido complejo todo este año y todo el año pasado, así que no creo que haya alguna diferencia. Obviamente este tema trae conflicto político, pero no creo que sea mucho más del que ya hemos vivido».
Sobre la dinámica parlamentaria, Pauli señaló que no hay sesiones ordinarias convocadas y que la agenda se mueve por pedidos de sesiones especiales: «Es la dinámica que hemos tenido este año y medio. Ha sido más de sesiones especiales que de ordinarias». Aclaró que, aunque la oposición podría insistir con nuevos reclamos, «no sé si en la práctica traerá más conflictividad a la Cámara de la que ya hemos vivido».
Al abordar la situación en Tierra del Fuego tras las medidas que afectaron a las empresas electrónicas, Pauli criticó a quienes «vendieron un escenario apocalíptico»: «Las mismas empresas salieron a decir que podían adaptarse a este contexto. Del otro lado, tenías a dirigentes políticos y sindicalistas planteando una catástrofe total. Es jugar con el miedo de la gente». Insistió en que la incertidumbre laboral en el sector no es nueva: «El que trabaja hace años en la fábrica ya sabe cómo es esto».
Sobre el anuncio de la apertura de una planta de Mirgor en Zárate, el diputado pidió prudencia: «Habría que preguntarle a la empresa si esto responde al contexto o si ya era parte de su plan. Convertirnos en portavoces de empresas que no nos lo pidieron no es sensato». Recalcó que la responsabilidad de la competitividad no recae solo en el Estado: «Si se toman medidas que favorezcan a las empresas, buenísimo, pero también está la responsabilidad de ellas de seguir trabajando en condiciones favorables para los trabajadores».
Pauli defendió la adhesión de Tierra del Fuego al Régimen de Incentivo para Grandes Inversiones (RIGI), una iniciativa bloqueada por el oficialismo provincial: «Si la 19.640 le hizo bien a la provincia, ¿por qué no ampliar esos beneficios? El RIGI es lo mismo: ofrecer exenciones para atraer inversiones». Cuestionó los argumentos ideológicos en contra y remarcó que la provincia necesita diversificar su matriz productiva: «El sector PYME está postergado. Si queremos más puestos de trabajo, hay que generar condiciones».
Sobre el bajo interés inicial en el RIGI a nivel nacional, atribuyó el fenómeno a la desconfianza histórica hacia Argentina: «Hemos sido un país que expropió empresas y no pagó deudas. Hasta que no demuestres seriedad, no vendrán inversiones». Citó el levantamiento del cepo cambiario como un avance, pero enfatizó que se necesitan «leyes que demuestren compromiso a largo plazo».
Al ser consultado sobre el traslado de la embajada argentina a Jerusalén y su posible impacto en el reclamo por Malvinas, Pauli fue contundente: «No tiene nada que ver una cosa con la otra. Seamos serios: lo que atrae inversiones es la estabilidad normativa».
Con un tono crítico hacia la clase política, Santiago Pauli cerró reafirmando su rechazo a «hacer campaña con el miedo» y abogó por discusiones maduras para el desarrollo de Tierra del Fuego.
