En el contexto de su investigación en cinco estancias de Tierra del Fuego, Emiliano Arona, licenciado en Biología y becario del CONICET, profundizó en la importante problemática de los perros asilvestrados, destacando los impactos diversos en el entorno rural.
«Estamos trabajando en cinco estancias, viendo por dónde están estos perros y cómo va evolucionando el problema», destacó en FM Master’s Arona, resaltando la amplitud geográfica de su estudio.
Según admitió, la situación se agrava día a día, ya que estos perros comparten la característica, presente también en entornos urbanos, de perseguir y atacar a cualquier ser en movimiento. En el ámbito rural, este comportamiento tiene consecuencias devastadoras, especialmente cuando se trata de animales como ovejas y guanacos.
«Además, trabajan en jaurías, entonces el problema se intensifica. El impacto en ovejas principalmente es muy grande, pero también tenemos registros de ataques a guanacos. El problema va más allá de la producción bovina, sino que es un problema en la biodiversidad local. Son muchos los aspectos en los que está impactando», explicó Arona, subrayando la dimensión del problema.
En relación a las enfermedades, Arona advirtió que, aunque aún no hay un estudio concreto en el ámbito rural, en entornos urbanos se sabe que estos perros pueden transmitir diversas enfermedades y parásitos. La preocupación se extiende a la fauna en general, acentuando la necesidad de una intervención efectiva.
«No tenemos un número concreto en la provincia, pero sí sabemos que, por las imágenes que tenemos, año a año el número de perros va aumentando», señaló, destacando la tendencia creciente y la ausencia de medidas eficaces para controlar su población.
Arona destacó la falta de depredadores naturales y competidores, lo que contribuye al crecimiento descontrolado de la población de perros asilvestrados. Aunque se han implementado diversas estrategias de control, como trampeo, armas de fuego y cercos eléctricos, su eficacia es limitada.
«Han intentado con cercos perimetrales eléctricos, pero tampoco funcionaron. Hace unos años, se han implementado perros protectores, que son una herramienta efectiva y que se utilizan en todo el mundo. Por el momento son pocas las estancias que tienen perros propios, entonces los perros siguen avanzando», detalló Arona, resaltando las dificultades en la implementación de soluciones concretas.
El biólogo también señaló la conexión directa entre el problema en el campo y su origen en las ciudades. «El problema de raíz viene de las ciudades, porque somos la fábrica de perros sueltos y estos perros eventualmente llegan al campo y se reproducen», subrayó. Enfatizó la necesidad de abordar la situación desde las ciudades, proponiendo medidas efectivas para controlar la población canina urbana y prevenir su migración al campo.
El Lic. Emiliano Arona planteó un llamado de atención a la sociedad y a las autoridades para abordar de manera urgente y efectiva la proliferación de perros asilvestrados en Tierra del Fuego, reconociendo que la solución debe encontrarse en un enfoque integral que abarque tanto el entorno rural como las ciudades.