El representante de Frigorífico Trelew cuestionó la medida del Gobierno Nacional, asegurando que no reducirá los precios y pondrá en peligro la producción local. Denunció falta de controles y distorsiones en el mercado.
La reciente decisión del Gobierno Nacional de flexibilizar la barrera sanitaria para el ingreso de carne con hueso a la Patagonia ha generado fuertes críticas entre los productores locales. Diego Salpurido, referente de Frigorífico Trelew, expresó su preocupación en FM Master’s, asegurando que la medida responde únicamente a una estrategia económica para intentar bajar los precios, pero sin considerar sus consecuencias.
«La medida es pura y exclusivamente un tema económico para tratar de bajar el precio de un artículo que forma parte de la canasta básica de todos los argentinos, que es el asado», afirmó Salpurido. Sin embargo, cuestionó su efectividad, ya que la estructura de costos en la Patagonia difiere radicalmente de otras regiones. «Todos saben que siempre el asado está más barato en Córdoba, Salta o Buenos Aires, pero eso se corresponde a la conformación de los precios de la hacienda. La producción al sur del Río Colorado tiene una diferencia de precio, y el asado siempre va a estar más caro acá», explicó.
El entrevistado aclaró que la apertura no es total: solo se permitirá el ingreso de asado envasado al vacío y con restricciones específicas. No obstante, señaló que históricamente los controles han sido deficientes. «Hace 23 años que entra asado de maneras ‘non sanctas’. Hace unas semanas, antes de esta autorización, ya había asado trucho en Ushuaia», denunció.
Salpurido destacó los avances en la producción patagónica y alertó sobre el riesgo que supone la medida para los ganaderos locales. «Lo que ha cambiado es la matriz productiva de Tierra del Fuego. La gente invirtió en genética, en mejorar la hacienda. Todo eso está en peligro por la flexibilización y la falta de control», sostuvo.
Respecto al impacto en los precios, el empresario fue escéptico. Reveló que, desde el anuncio, recibió ofertas de frigoríficos del norte, pero no a valores competitivos. «Me llamaron para venderme asado, pero no al precio del norte, sino al nuestro. Quieren maximizar su rentabilidad», afirmó. Además, detalló los costos adicionales que encarecerían el producto: envasado, transporte y logística.
Finalmente, Salpurido subrayó que el mercado local ya había ajustado sus valores en respuesta a la demanda. «Nos bajamos los precios por un tema de mercado, para responder a nuestros clientes. Hoy vendemos asado a $17.000 o $18.000 el kilo, pero la venta está muy deprimida», concluyó, reafirmando que la solución no pasa por medidas improvisadas, sino por políticas que protejan la producción regional.