En un tenso plenario de comisiones, funcionarios de Milei argumentaron sobre el déficit de la empresa y criticaron a los trabajadores en huelga. La discusión continuará el próximo martes, mientras gremios y oposición mantienen su rechazo.
En un plenario de las comisiones de Transporte y Presupuesto de la Cámara de Diputados, el Gobierno de Javier Milei defendió la privatización de Aerolíneas Argentinas. El vicejefe de Gabinete, José Rolandi, y el secretario de Transporte, Franco Mogetta, expusieron argumentos centrados en el déficit de la empresa estatal, calificándolo como un “despilfarro” de recursos y apuntaron contra una parte de los trabajadores en huelga, acusándolos de “delincuentes”. A pesar de los esfuerzos del oficialismo libertario y sus aliados de Pro, no lograron emitir un dictamen en la jornada y el debate se postergó para el próximo martes.
Rolandi, al abrir la discusión, subrayó el elevado costo de sostener la aerolínea, mencionando que las pérdidas acumuladas equivalen a “900 aviones”, y criticó la gestión actual de la compañía, comparándola con el absolutismo del rey Luis XIV de Francia. Según el funcionario, Aerolíneas se ha convertido en una carga financiera que no permite la competencia justa con otras empresas del sector aerocomercial. En palabras de Rolandi, “Aerolíneas Luis XIV manejaba la capacidad de todo el sistema aerocomercial”, en referencia a lo que consideró una falta de criterios adecuados en la asignación de recursos dentro del sistema.
Por su parte, Mogetta sostuvo que el propósito de la privatización es permitir que Aerolíneas compita en igualdad de condiciones con otras aerolíneas. “La distorsión no le ha hecho ningún favor a la compañía”, afirmó, destacando que el Estado ha destinado alrededor de 8.000 millones de dólares para sostener a la empresa en los últimos años. Añadió que los nueve paros sucedidos bajo la gestión de Milei han causado pérdidas diarias de entre uno y dos millones de dólares. “Aerolíneas tiene las condiciones para competir, permitámosle que eso suceda”, concluyó Mogetta.
Uno de los temas más sensibles fue la ausencia del presidente de Aerolíneas Argentinas, Fabián Lombardo, quien había sido citado a la reunión, pero no asistió “por cuestiones de agenda”, lo que generó críticas de los legisladores. A lo largo del encuentro, se discutieron dos proyectos que buscan autorizar al Poder Ejecutivo a iniciar el proceso de privatización de la aerolínea, aunque desde la oposición se solicitó mayor precisión sobre las condiciones de venta. Sectores como el radicalismo y el bloque Encuentro Federal exigen que se aclaren los términos antes de avanzar en un dictamen común.
El rechazo por parte de los gremios aeronáuticos fue palpable durante la jornada, con una protesta en las inmediaciones del Congreso. Carteles con la frase “Los cielos no se venden, Aerolíneas Argentinas se defiende” dejaron en claro la postura de sectores del kirchnerismo y la izquierda, que se oponen a ceder la compañía estatal a manos privadas. Durante el debate, el diputado Hugo Yasky, de Unión por la Patria (UxP) y secretario general de la CTA, pidió la participación de los representantes sindicales en la próxima reunión, exigiendo una mediación para resolver el conflicto gremial.
En su intervención, Christian Castillo, de la Izquierda, defendió el rol de la empresa estatal al señalar que su existencia permite que destinos no rentables sean compensados por otros más rentables, lo que beneficia a la población en su conjunto. Además, criticó duramente a los funcionarios del gobierno de Milei: “Rolandi -que además de vicejefe de Gabinete es parte del directorio de YPF- gana $70 millones por mes. Cómo no van a hacer huelga si le bajan los salarios”.
Desde la bancada de Unión por la Patria, el diputado Diego Giuliano cuestionó la estrategia de privatización impulsada por el Gobierno. Giuliano subrayó que Aerolíneas Argentinas logró atravesar la crisis de la pandemia sin mayores complicaciones y comparó las ayudas estatales recibidas por aerolíneas europeas y estadounidenses con las de la aerolínea de bandera argentina. En su defensa de la compañía, remarcó que “Aerolíneas vuela a 22 destinos donde nadie más vuela y a 39 destinos sin pasar por Buenos Aires”, una conectividad que consideró vital para la Argentina federal.
En el otro extremo, desde Encuentro Federal, el diputado Nicolás Massot pidió al Gobierno que aclare el formato de privatización que pretende y los beneficios que se le otorgarán al comprador. También criticó la demora en constituir la Comisión Bicameral de Privatizaciones, que debería supervisar el proceso.
La tensión en el plenario aumentó cuando Mogetta calificó de “delincuentes” a algunos trabajadores de Aerolíneas que participan en las huelgas, lo que desató una reacción airada de los legisladores de la oposición. Mario Manrique, del kirchnerismo, defendió a los trabajadores y pidió respeto por parte de los funcionarios del Gobierno. En respuesta, la diputada Lilia Lemoine, del bloque libertario, afirmó que “no podemos sostener una empresa que da pérdidas” y que la privatización permitirá redistribuir esos fondos a sectores más necesitados, como los jubilados o la educación.
El debate sobre la privatización de Aerolíneas Argentinas se perfila como extenso y controvertido, con fuertes posiciones enfrentadas tanto en el ámbito político como gremial. Si bien el oficialismo buscará avanzar con el dictamen la próxima semana, la resistencia de una parte importante de la oposición y los gremios aeronáuticos augura un tratamiento prolongado en el Congreso.
