El intendente radical de 36 años repasa su contundente triunfo con el 83% de los votos, los desafíos de gobernar sin apoyo nacional y su frontal combate contra las bandas narco en una de las ciudades clave del sur santafesino.
Con un respaldo electoral pocas veces visto en la política argentina, Leonel Chiarella, intendente de Venado Tuerto, provincia de DSanta Fe, consiguió en 2023 la reelección con el 83% de los votos. Ahora, en las recientes elecciones legislativas, su espacio político revalidó su fuerza: «Metimos cuatro bancas de las cinco que se ponían en juego», destacó en diálogo con FM Master’s. Los números, contundentes: más del 50% de los votos para su lista y una diferencia de 32 puntos sobre sus competidores.
Chiarella, uno de los jefes comunales más jóvenes de Santa Fe, atribuye este éxito a una gestión enfocada en «transformar las ideas en acciones». Gobernando una ciudad de 100.000 habitantes, insiste en que la clave es «no robar y ejecutar obras». Sin embargo, reconoce que la falta de inversión nacional complica el panorama: «Las rutas nacionales que atraviesan Venado Tuerto las mantenemos nosotros. Cortar el pasto o bachear le corresponde al gobierno nacional, pero lo hacemos porque es una cuestión de vida o muerte».
Pero más allá de la infraestructura, el tema que más lo preocupa es el avance del narcotráfico. Con un tono frontal, denuncia: «La droga rompe todo. Cuando entra en una familia, los pibes dejan la escuela, delinquen». Su gestión ha ido directo contra las bandas: «Desbaratamos a líderes como Matías Álvarez y Nahuel Novelino. Nos amenazaron, incluso balearon la municipalidad, pero no nos callamos». Critica la reticencia de la política nacional a abordar el tema: «No escucho a los dirigentes hablar de esto. Cuando el Estado se retira, los narcos ocupan ese lugar».
Chiarella representa una nueva camada del radicalismo, la de los intendentes jóvenes que priorizan la gestión sobre la retórica. Con un discurso alejado de polarizaciones, pero firme en sus convicciones, su voz se proyecta como una de las más sólidas del interior productivo. Su receta: «Hacernos cargo, no mirar para otro lado».