Según una denuncia presentada ante la justicia, habría cinco tumbas que tienen lápidas con los nombres de 12 soldados no albergan los cuerpos de los combatientes mencionados allí. El error habría surgido luego de la remodelación del cementerio de Darwin, en 2004.
Cuando se remodeló el cementerio, se cambiaron las viejas cruces de madera por otras nuevas, se agregaron las placas de granito negro y varios sepulcros antes anónimos aparecieron como si hubieran sido identificados.
Los nombres no figuraban en las cruces removidas ni en los listados que el gobierno británico había entregado a la Comisión de Familiares de Caídos en las Islas Malvinas en 1983, luego de la organización original del cementerio que había hecho el capitán británico Geoffrey Cardozo.
Según el diario La Nación, los familiares de tres de los soldados cuyos nombres aparecieron en las tumbas en 2004, nunca habrían sido notificados de la identificación.
Antes de ese año, cuando un deudo viajaba a las islas dejaba las flores en cualquier tumba anónima o en el cenotafio del cementerio. En algún viaje posterior a la remodelación, alguien vio los nombres, lo comentó y el rumor comenzó a correr. Así se enteraron.
Se trata de las familias de Héctor Walter Aguirre, Mario Ramón Luna y Luis Guillermo Sevilla. Los dos primeros eran oriundos de Santiago del Estero. El tercero, de Salta. Sus nombres están en una tumba colectiva (hay varias en el cementerio) designada C 1 10, junto a los restos del gendarme Ricardo Sánchez.
Son familias de condición humilde, que viven en el norte argentino, lejos de donde se toman las decisiones. No tenían ni tienen recursos para pedir explicaciones. Se quedaron esperando en vano algún gesto de humanidad de las autoridades. Tuvo que mediar una denuncia judicial presentada por una ciudadana particular para que el caso se activara.
