El legislador de Forja analizó con preocupación las consecuencias laborales y económicas para Tierra del Fuego, criticando la ausencia de planificación y el mensaje político detrás de la decisión.
En medio de un clima de incertidumbre por las medidas del Gobierno nacional que afectan a la industria de Tierra del Fuego, el legislador Federico Sciurano (Forja) expresó su preocupación por la falta de previsibilidad y el impacto social que estas decisiones podrían generar. En diálogo con FM Master’s, el presidente de la comisión de Economía de la Legislatura provincial destacó que el problema central radica en la modificación abrupta de un régimen que, hasta 2038, garantizaba estabilidad jurídica.
«Lo más grave de todo lo que está pasando, lamentablemente una vez más, es la falta de previsibilidad. Que vos te levantes una mañana y el status quo que tenías, te lo cambien de un día para el otro, es de una gravedad realmente insostenible», afirmó Sciurano. Subrayó que el desarrollo industrial fueguino no fue espontáneo, sino resultado de una estrategia estatal de 50 años: «No surgió de una iniciativa cuasi mágica. Hubo una planificación detrás del crecimiento social y urbanístico que hoy tenemos».
El legislador cuestionó que el debate nacional ignore este contexto y reduzca la situación a una «autoflagelación» de los fueguinos. «Esta condición que estamos viviendo no tiene nada que ver con nosotros, sino con una búsqueda de simpatía hacia un sector de la sociedad, especialmente en el AMBA», sostuvo, en referencia al anuncio gubernamental en plena campaña política. Aunque reconoció mejoras macroeconómicas respecto a 2023, advirtió que la medida responde a intereses coyunturales: «Se busca facilitar la compra de tecnología para un segmento, pero sin considerar el daño colateral».
Sciurano comparó la situación con el cierre planificado de la industria automotriz en Australia, donde se implementó una transición de 10 años con enfoque social. «Argentina, en cambio, actúa sin seriedad, repitiendo errores históricos de improvisación», señaló. Respecto al rol empresarial, aclaró: «En Tierra del Fuego hay inversiones concretas, no solo ensamblaje como se dice desde Buenos Aires. Hablan sin conocer la realidad local».
Su reflexión final apuntó a la necesidad de evitar reacciones viscerales: «Esto nos obliga a ser inteligentes, no reaccionarios. El desafío es contrarrestar el impacto con estrategia, porque la solución no depende de lo que hagamos o dejemos de hacer los fueguinos, sino de decisiones ajenas a nuestra provincia» concluyó Federico Sciurano.