Los resultados de las Pruebas Aprender 2024 revelan un
panorama crítico en la alfabetización inicial: el 11,6% de los
estudiantes argentinos de tercer grado no comprende lecturas
básicas, mientras solo el 18,7% alcanza competencias
avanzadas.
Un informe reciente del Observatorio de Argentinos por la Educación,
titulado “Aprender Alfabetización 2024: Resultados de 3° grado de la
primaria”, expone datos preocupantes sobre las capacidades lectoras de
los niños argentinos.
Según el estudio, elaborado por los especialistas Leyre Sáenz Guillén y
Víctor Volman, el 11,6% de los alumnos evaluados se encuentra en
etapas incipientes de lectura, sin lograr descifrar textos simples. En el
extremo opuesto, apenas el 18,7% demuestra habilidades reflexivas e
inferenciales frente a contenidos complejos, ubicándose en el nivel más
alto de desempeño.
La evaluación, aplicada por la Secretaría de Educación nacional a 91.042
estudiantes de 4.178 escuelas, forma parte del Plan Nacional de
Alfabetización y responde a un reclamo histórico de organizaciones
pedagógicas.
No obstante, su implementación enfrentó obstáculos: el 13,1% de los
alumnos seleccionados estuvo ausente, y un 2,6% de las instituciones
no participó.
Los resultados, organizados en seis niveles, muestran que el 3,3% de
los niños solo lee palabras con apoyo visual (nivel “incipiente”), mientras
que el 8,3% restante en el nivel 1 apenas comienza a interpretar frases
sencillas. En conjunto, estos dos estratos reflejan a quienes carecen de
competencias básicas.
Las disparidades regionales y socioeconómicas agravan el escenario.
Chaco (16,6%), Santa Fe (15,9%) y Misiones (15,2%) lideran el ranking
de estudiantes por debajo del nivel básico, mientras Córdoba (6,2%),
Santa Cruz (6,8%) y CABA (7,1%) presentan los índices más favorables.
La segmentación por gestión educativa también es evidente: el 62,4%
de los alumnos de escuelas privadas alcanza niveles altos (4 y 5), contra
el 39% del sector estatal.
A su vez, el nivel socioeconómico determina el rendimiento: el 66,8% de
los estudiantes de estratos altos logra desempeños avanzados,
comparado con el 32% de los de bajos recursos.
Victor Volman, coautor del informe, calificó los resultados como “crudos”
y subrayó la urgencia de priorizar la alfabetización. Por su parte,
Gustavo Zorzoli, ex rector del Colegio Nacional de Buenos Aires, enfatizó
la necesidad de políticas evaluativas continuas y metodológicamente
sólidas para medir progresos.
Irene Kit, de la Asociación Educación para Todos, advirtió que, además
del 11,6% en situación crítica, casi el 20% de los alumnos sólo
comprende textos literales, lo que compromete su transición a grados
superiores.
Los datos no solo confirman una crisis educativa, sino que demandan
acciones diferenciadas según contextos. Mientras el gobierno nacional
promete reforzar el Plan de Alfabetización, especialistas insisten en que
sin estrategias sostenidas y adaptadas, las desigualdades persistirán.
La prueba, más allá de sus limitaciones, ofrece por primera vez un
diagnóstico específico sobre lectura en primaria, pero su verdadero valor
dependerá de cómo se traduzca en políticas concretas.