En un estudio realizado sobre 802 personas en cruces peatonales en tres intersecciones de Ushuaia, en Tierra del Fuego, apenas un 7% realizó su trayecto completo por la senda marcada. Y solo cuatro de cada diez se detuvieron antes de bajar el cordón, respetaron el semáforo y evaluaron el paso de vehículos previamente a cruzar.
Por otra parte, cerca del 12% cruzó la intersección de manera distraída, sobre todo mirando sus celulares. Y las mujeres mostraron ser un poco más prudentes que los hombres.
El Dr. Fernando Poó (CONICET/Universidad Nacional de Mar del Plata), uno de los autores del estudio, relató que “nuestra área de trabajo es la psicología aplicada al tránsito. Hacemos este tipo de estudios sobre comportamiento humano en el tránsito en distintos lugares”.
El trabajo fue realizado junto a Roberto Trujillo de Ushuaia. “Teníamos que ver qué trabajo podíamos hacer que fuera relevante y que él pudiera hacer desde allá”, contó Poó.
La medición del comportamiento peatonal es algo que se hace en distintos lugares, pero en Argentina hay muy poco trabajo al respecto expresaba el Dr. Poó en contacto con Radio Nacional Ushuaia.
“Hay algunos estudios observacionales, pero quizás no con la especificidad de nuestro trabajo” señaló el profesional. Respecto de las hipótesis del trabajo, Poó contó que “suponíamos que íbamos a encontrar muchos comportamientos que no son los adecuados en cuanto al respeto de las normas por los peatones”
Apuntó que “nos sorprendimos un poco por el bajo porcentaje de cruce por las sendas peatonales, por ejemplo. Algún otro dato sorprendente fue que las personas antes de cruzar en lugar de mirar el semáforo en las sendas estaban más atentas al tránsito. Es decir, el semáforo no era tanto un indicador de cruce como los autos que circulaban”.
Aseguró que “eso también pasa, que si no hay tránsito el peatón cruza”. El profesional aclaró que si bien “hay diferencias culturales en todos lados”, el comportamiento peatonal es motivo de estudio alrededor del mundo teniendo en cuenta que los peatones constituyen, junto con motociclistas y ciclistas los más vulnerables y quienes más sufren ante impactos con automóviles en términos de lesiones, componiendo el 50% de las muertes por sinestros viales.
“Las calles en general están dominadas por los automóviles. Hay poco lugar y poca consideración por otros usuarios que son más vulnerables. Tienden a generase reglas en las calles que están más pensadas para la circulación del auto que para el uso de la calle por el resto de las personas” agregó el investigador.
Puntualizó que “la calle se ha convertido más en un lugar de tránsito para vehículos que en un lugar para vivir socialmente”, y que las reglas “están más pensadas para la necesidad de circulación del auto” por lo que se imponen pautas para el peatón “que tal vez no son tan naturales”.
Los datos fueron relevados en dos puntos distintos de la ciudad, en calle San Martín, Kuanip y Perón. El investigador explicó que no se observaron muchas distracciones pero que podían ir entre el uso del celular, hasta hablar con otras personas que estuvieran caminando, comiendo u haciendo otra actividad.
“La calle debería volver a pensarse como un lugar que no es patrimonio del automóvil, es patrimonio de todos y el automóvil debería ser como un invitado a la calle. Eso daría mucha más seguridad vial” opinó Poó finalmente.
