La semana pasada, un empresario y un presidente de una cámara de construcción debatieron sobre el parche en relación a la necesidad de despedir sin indemnizar; la primera interpretación de una Ley de flexibilización laboral que tiene muchas aristas y pareciera sólo interesar el hecho de despedir personas sin pagarles.
Por ello, en diálogo con FM La Isla, el secretario adjunto del Centro de Empleados de Comercio de la ciudad de Río Grande y legislador electo por FORJA, Daniel Rivarola declaró que «la primera mirada es la del rechazo porque estamos hablando de retroceder años en cuanto a las conquistas y derechos obtenidos por los trabajadores que tienen una estabilidad laboral o una garantía un poco mayor a los efectos de sostener el empleo».
Asimismo, manifestó que «es una locura volver a arrancar con este tema que mayormente se da en épocas de crisis así como los despidos, el achique siempre fue para el empleado, por lo que la reforma también viene por el empleado»
«Es una locura que inició el gobierno de Macri hace 3 años y medios, que se pudo frenar a través de movilizaciones nacionales y hoy está tratando de implementarlo de nuevo en plena campaña electoral, quizás, en busca del voto de la derecha; pero no sé cual es el fin. Aunque los empresarios se lavan las manos cuando empiezan a hablar de flexibilización laboral y abaratan los costos los despidos», insistió Rivarola.
El sistema gremial que rige en la Argentina, es casi único en el mundo porque el paquete sindical posee obra social, entre otros beneficios para los afiliados; y no forma parte de las grandes corporaciones incluidas dentro de las leyes laborales, sino que está por fuera de la corporación.
Al ser consultado por si esto sería una forma de ataque para terminar con el sindicalismo argentino, el secretario expresó que «sí, porque primero tenemos que entender que quieren partir el sistema, es decir que con la legislación laboral modificada empezar a discutir los gremios por empresas, la discusión individual del contrato de trabajo, empezar a tomar a atomizarnos. Por otro lado, se hablaba de una seguridad social nacional donde incluyera una obra social para todo el mundo donde uno también pueda quitarlo lo que ellos creen que es la caja de los gremios, las obras sociales».
Sin embargo, el legislador electo afirmó que «no terminan de entender que el sistema de obras sociales gremiales es el que mejor sistema de salud que funciona en Argentina». Incluso en las negociaciones ante el despido tiene relación con mantener la obra social, «por eso te lo ofrecen desde el desempleo para que lo tengas. Es una manera de decir que se esta cubierto y la obra social desde el desempleo, que la sostiene la obra social gremial, tiene más aristas del seguro que pretenden a imponer».
Por otro lado, se le consultó qué aristas de la flexibilización laboral estarían dispuestos a debatir los gremios; para Rivarola «seguimos errando; porque hoy hablan de que el costo laboral es caro, pero cuando estableces un costo laboral comparativo con las ventas o la producción que se pueda tener. Entonces cuanto más vendes con la misma cantidad de empleados es evidente que el costo laboral va subir».
Aunque «hemos tenido años de producción en Argentina con las fábricas abiertas, los comercios vendiendo y nunca se habló de flexibilización porque el costo laboral, en ese tiempo, el empleado en un negocio funcionando normalmente es del orden del 6 al 8%», analizó.
«El porcentaje del costo laboral pesa cuando tenes mano de obra que no rinde por faltas de ventas y tenes la misma cantidad de empleados para una reducción de ventas del 50%; entonces ese 6% se convierte en un 12%; 18% o 20%»; manifestó el gremialista. Además; sostuvo que «lo que realmente debe preocuparles es la baja de un 50% de sus ventas y no que subió el costo laboral».
Daniel Rivarola aclaró que lee algunos empresarios que culpan a los gremios porque «estan pagando dichos salarios; que no pueden establecer ventas porque el convenio es muy rígido. Sin embargo, esos empresarios se olvidan que los salarios están firmados por mutuo acuerdo al igual que los convenios, pero hay que ver que realidad tiene cada empleador cuando toman la palabra y establecen este tipo de comentarios».
Para cerrar insistió en que «la mirada no tiene que ir hacia el reajuste porque ahora van a decir que como no hay empleados y para generarlo se necesita mano de obra barata. Entonces, generemos el empleo». Ahora, desde la asunción del Gobierno Nacional se establece un 26% de depreciación del salario, sumada la «feroz inflación que hay obviamente hay una baja en el salario. Igualmente no alcanza la pérdida de ventas y producción que hay en el país para suscribir la situación»; planteó.
