El 3 de julio del 2004 el cura guacho fueguino, el Padre José Zink falleció en un accidente automovilístico en la Ruta Nacional N° 3 a la altura del ingreso al barrio Chacra II. El recordado sacerdote dejó una huella imborrable en nuestra comunidad y es un ejemplo de compromiso y amor por esta tierra y su gente.
El Padre José Zink, nació el 1º de marzo de 1923 en Alpachiri, un pequeño pueblo agrícola ganadero de la provincia de La Pampa. Hijo de Juan José Zink y Catalina Burgardt, ambos agricultores inmigrantes alemanes del Volga que llegaron a la Argentina en el año 1905. Era una familia de agricultores, el futuro Padre José Zink fue el penúltimo hijo de 12 hermanos, 5 varones y 7 mujeres.
Ingresó a 2° grado de la primaria en la Escuela Nacional “Faustino Sarmiento”, de Alpachiri, en 1932. Posteriormente, en 1933 se trasladó al Colegio Don Bosco de General Acha, en la provincia de La Pampa; allí nació su vocación religiosa. Los estudios de Filosofía los cursó en Bernal en los años 1942–1946.
Por otro lado, cabe mencionar que era fanático hincha del club River Plate.
Un salesiano
Ingresó al Instituto Salesiano Villada, en Córdoba, en 1949, para realizar los estudios de Teología. El 23 de noviembre de 1952 fue ordenado sacerdote en la Cripta de la Iglesia María Auxiliadora, del Colegio Salesiano en Córdoba.
Su primera misa la rezó en la Basílica de María Auxiliadora de Almagro y su primera misa cantada fue en su ciudad natal frente a sus familiares, amigos y numerosos fieles, en la provincia de La Pampa.
En 1953 se desempeñó como sacerdote, docente y asistente en el Colegio León XIII, Capital Federal.
Ya en fin del mundo
Entre algunos y otros traslados, para 1956: Fue destinado a la Misión Salesiana de Río Grande, Tierra del Fuego por 2 meses para suplir a un compañero que se encontraba enfermo. Cabe aclarar que en ese entonces la ciudad era un puñado de casas.
Al Padre Zink lo atrapó y aquí se quedó. Era muy similar a su provincia de La Pampa, un lugar para servir a los jóvenes y a toda la comunidad fueguina. Los lugareños lo apodaron: “El Cura Gaucho”.
Le encantaba la vida de campo, las montañas, el frío, la nieve, y andar a caballo como en su pueblo natal, junto a sus hermanos. En el período 1979/1984 fue enviado por los superiores al Colegio Don Bosco de Ushuaia.
Párroco Rural
En la Misión Salesiana de Río Grande fue párroco Rural y desde allí recorría las estancias como los puestos, siempre que podía a caballo o en la camioneta de la misión. De esta forma visitaba a las familias fueguinas, se contactaba con los fieles que se encontraban “aislados en los campos y que no tienen auto como para ir a misa”, sostenía.
El 29 de abril de 1992, por iniciativa de un grupo de ciudadanos que fueron acompañados por el Gobierno local; nombraron a este Sacerdote Salesiano humilde y generoso “Ciudadano Ilustre” por Decreto Municipal 212/92.
Sobre su fallecimiento
El 5 de julio del 2004 toda Tierra del Fuego quedó paralizada por la trágica muerte del párroco rural de Río Grande, José Zink, de 81 años.
Falleció durante la noche del sábado, cuando se estrelló la camioneta en la que viajaba contra el acoplado de un camión, en la rotonda de ingreso a esa ciudad, Estaba rumbo a brindarle asistencia a un feligrés.
Al llegar a la rotonda ubicada en la intersección con Prefectura Naval, el Land Rover que conducía colisionó en forma violenta contra el furgón térmico del camión Ford Cargo1722, dominio ELG-126. Las huellas del accidente quedaron esparcidas por varios metros. Trozos del Land Rover que utilizaba el Padre Zink para su trabajo misionero, se encontraban desparramados por más de 30 metros.
Un boquete en la parte posterior, la destrucción del paragolpe y el panel de luces derecho del furgón térmico, denotaban la violencia del impacto. Dichas marcas dieron a los investigadores los primeros indicios de la muerte instantánea del Presbítero.
Muchas personas se hicieron presentes en el lugar para ver lo que había ocurrido, aunque ordenadamente permitieron las tareas de peritaje que realizaba la Policía Provincial.
El gobernador en su momento, Jorge Colazo, decretó duelo provincial por 96 horas y el asueto se cumplió en la administración pública al que también adhirieron los intendentes.
Los restos del sacerdote fueron velados en el gimnasio de la misión salesiana, fundada por monseñor José Fagnano en 1889. Fue despedido y reconocido por cientos de vecinos.
