En Ushuaia, Río Grande, Tolhuin y otras localidades fueguinas rige la prohibición de la pirotecnia sonora, una medida orientada a proteger la salud de mascotas, personas con trastornos neurológicos y la convivencia durante las fiestas de fin de año.
Con la llegada de la Navidad y el Año Nuevo, el uso de pirotecnia vuelve a generar debate en Tierra del Fuego, una de las provincias que prohibió los fuegos artificiales sonoros en sus principales ciudades. Las normativas vigentes impiden la venta, tenencia y utilización de estos elementos, incluso durante las celebraciones festivas.
Por qué la pirotecnia afecta a los animales
Los perros y gatos tienen una capacidad auditiva muy superior a la humana. Los ruidos fuertes e inesperados generan miedo intenso, estrés y desorientación.
Durante las fiestas de fin de año se registra:
- Aumento de animales extraviados
- Consultas veterinarias por taquicardia, temblores y convulsiones
- Lesiones producto de intentos de escape
Para muchas mascotas, cada explosión es percibida como una amenaza extrema.
Personas con diagnósticos sensibles, entre las más afectadas
El impacto del ruido también alcanza a personas con:
- Trastornos del espectro autista (TEA)
- Epilepsia
- Trastornos de ansiedad y estrés postraumático
- Hipersensibilidad sensorial
En estos casos, los estruendos pueden provocar crisis, ataques de pánico y descompensaciones. También resultan especialmente vulnerables los adultos mayores y los bebés.
Una cuestión de salud y convivencia
Desde el ámbito sanitario se remarca que no se trata solo de una molestia, sino de una problemática de salud pública. El ruido excesivo puede generar consecuencias físicas y emocionales duraderas, especialmente en personas con diagnósticos neurológicos o psiquiátricos.
Alternativas para celebrar sin ruido
Organismos públicos y organizaciones sociales promueven formas de festejo sin estruendos, como:
- Pirotecnia lumínica
- Juegos de luces
- Celebraciones comunitarias sin ruido
Estas alternativas permiten mantener el espíritu navideño sin generar daño.
En una provincia donde la pirotecnia sonora está prohibida, la Navidad plantea un desafío colectivo: celebrar con empatía y responsabilidad. Reducir el ruido no quita alegría, sino que contribuye a una convivencia más inclusiva y respetuosa para toda la comunidad fueguina.
