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Río Grande
29 de marzo de 2024

Una vecina reclama hace un año poder cremar a su padre

Por Silvana Minue-«Una odisea, parece una película», relató Sena sobre su lucha para recuperar el cuerpo de su padre que aún no puede cremar.

«Mi papá falleció el 16 de marzo del 2020 por causas naturales, no por el COVID-19», explicó Sandra Sena a TIEMPO FUEGUINO. «El último deseo de él fue que lo cremáramos, y sus cenizas se esparzan en el Río Paraná», para cumplir los últimos recados del fallecido se eligió «a la mejor empresa» en Ushuaia, «se llamó a Ramon Oviedo, se hizo el trámite, se pagó todo, además de preparar el cuerpo.  El 17 de marzo, comienza el aislamiento, luego vino la cuarentena, y el procedimiento no se realizó. Nos dijeron que nos iban a tener tanto, y que no podían hacer cremaciones por el cierre de las fronteras», por lo cual, los restos no podrán ir a Río Gallego para ser cremados.

«También nos dijeron que nos quedáramos tranquilos que sus restos estaban en un lugar especial y resguardado», sin embargo, ese «lugar» es un galpón ubicado en Gobernador Campos 1168, pleno centro y a primera vista sin ventilación o seguridad.

«El tiempo pasa y a partir de un posteo de una compañera «me enteré que pudo lograr que cremen a su papá fallecido, le pregunté cómo había logrado que cremaran a su papá, a lo que me respondió que `alguien de arriba´ se había comunicado con la gente de Río Grande para que lo admitieran. Y que la empresa Ramón Oviedo había sido la encargada de trasladar el cuerpo. «Cuando llamo a la firma funeraria, para consultar de cómo se crema a personas que fallecieron mucho después que mi papá, mientras que llevaba casi un año esperando mientras se avanzaba con otros casos y Ángel Oviedo «muy suelto» me admitió que era así.

Sena denunció que «hay cero consideración» de parte de la empresa de Ushuaia al enviar el féretro a ese galpón sin comunicación la familia. El caso de Sena no es el único, hay más de 70 fallecidos esperando ser cremados. «Mi marido y mi cuñada fueron a Campos 1168 salieron espantados de la impresión», contó. El panorama no fue alentador, los ataúdes estaban estibados en soportes de hierro. Identificados solo con un papel, arriba de cada ataúd, en el exterior se observa que solo una reja custodia el lugar en un barrio céntrico.

Al comenzar la denuncia penal en cuestión de horas «me llama este muchacho Ángel Oviedo y me dice que encontraron un lugar en Río Grande y que debíamos pagar una diferencia por el procesamiento yo de bronca le corté la llamada».

Finalmente, después de mails, se encontró un turno en el crematorio de Río Grande y que los gastos corresponden a la empresa. «Ahora me entra la duda…¿y si no es mi papá? Pedimos que nos demuestren fehacientemente que es nuestro padre a partir de una prueba. No pedimos que posterguen la cremación sino el turno porque necesito un ADN, porque un papelito arriba del ataúd no es una prueba ya pasaron 11 meses, mucho tiempo».

Sena reclamó que no quiere hablar de cuestiones políticas sino «que resuelvan lo de mi papá, sacame a mi papá de ahí» y subrayó finalmente que el dueño de Ramón Oviedo «nunca fue sincero con la familia, dejó pasar mucho tiempo. Queremos que se nos comprueben, porque hace mucho tiempo que se entregó un cuerpo y ya desconfiamos».

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