La sede local de la fundación Voces Vitales realizó el sábado pasado, y en adhesión al día de la mujer, una caminata de mentoreo que se realiza anualmente -y que se retomó luego de la pandemia-, cuyo objetivo es unir a mujeres con experiencia y liderazgo con otras que están dando sus primeros pasos en diversas actividades, para compartir experiencias.
Una de las organizadoras de la actividad, Marilina Henninger, además vicepresidenta de la Cámara de Comercio de Río Grande, compartió por FM Master’s los pormenores de la enriquecedora iniciativa.
“Con Voces Vitales estamos desde hace ocho años armando esta caminata de mentoreo que busca potenciar a las líderes emergentes. Para nosotros fue un éxito haber podido realizarla tras la pandemia” señaló Henninger, en tanto destacó la convocatoria que derivó en “un grupo fabuloso de mujeres que se sumaron a dar su tiempo, en el caso de las mentoras, para que estas líderes emergentes de la ciudad puedan ir encontrando su camino, haciendo guías, desplegando experiencias”.
Vital Voices es una fundación de Estados Unidos creada a partir de la motivación de Madeleine Albright, cuando era secretaria de Estado, y de Hillary Clinton, entonces primera dama. Luego de una reunión de la ONU, ambas detectaron que no había mujeres presentes. “La finalidad y el propósito de la fundación es apoyar a mujeres que luego van a ocupar espacios de liderazgo” definió la entrevistada.
La fundación tiene nodos en diferentes países y regiones. En la Argentina se llama Voces Vitales Conosur, que empezó en nuestro país y ya se ha expandido a varios países limítrofes.
Las tres actividades principales que realiza la fundación son las capacitaciones, armado de redes de mujeres para conectarse y se puedan ayudar mutuamente, y los mentoreos.
Según explicó Henninger, se realizan mentoreos anuales en los que “se busca alguna líder emergente y se la vincula con una mujer que ya esté consagrada”. Todos los años, para conmemorar el Día de la Mujer, se realizan estas caminatas de mentoreo en más de 180 países, en 23 ciudades de la Argentina, al mismo tiempo, “con la finalidad de visibilizar un poco a las líderes emergentes y darles acompañamiento”.
La mecánica consiste en una primera etapa de postulación, en donde tanto mentoras como mentistas, o líderes emergentes, aplican para poder participar, dejan sus datos, sus inquietudes, y su trayectoria, en el caso de las mentoras.
Después de esta aplicación, la fundación aprueba a aquellas mentoras con cierta trascendencia, experiencia o consagración a nivel social, “para que puedan mentorear a aquellas aprendices o líderes emergentes que también se habían inscripto a la caminata”.
“En principio puede llegar a ser una dupla que tenga actividades afines, o profesiones afines. Pero también, después de analizar el perfil de las líderes emergentes y de ver si hay algún conflicto en el que ellas quieran trabajar puntualmente, se les busca una mentora que pueda ayudarlas, a través de su experiencia de vida, con ese conflicto” abundó luego en su explicación.
En esta edición en particular, participaron siete mujeres de Río Grande, entre aprendices y mentoras.
Entre los principales conflictos que mencionó que presentan las líderes emergentes es la dificultosa armonización entre la vida profesional y la familia. “Muchas mujeres que tienen su proyecto de vida familiar, con hijos chicos, se les complica y no saben cómo manejar los tiempos para justamente tener una armonía entre su vida familiar y su vida profesional y la posibilidad de crecer profesionalmente, sin tener esta sensación de culpa” planteó. Señaló que la problemática se relaciona con “la imposición cultural de que las mujeres somos las que nos hacemos cargo de las tareas de cuidado de niños e incluso de adultos mayores. Es una problemática recurrente”.
Otro conflicto que buscan abordar y encontrar respuestas, es el conocido como techos de cristal, en donde se presentan “estos sesgos de ser mujer y no conseguir o remuneración equitativa o puestos de jerarquía equitativos”.
“Tratamos con este mentoreo, este madrinazgo de una mujer que ha pasado por esta situación, por ahí, con su experiencia, le puede llegar a abrir la cabeza, el camino, como para que piense colateralmente o encuentre solución” se explayó.
Marilina Henninger distinguió que no se trata de una sesión de psicología, ni de catarsis, ni de coaching, “sino simplemente de abrir las experiencias que han tenido otras mujeres, para que se sientan identificadas y puedan encontrar, tal vez, a través de la escucha activa que tienen como principal cualidad las mentoras, las preguntas que son necesarias hacerse como para resolver esto”.
Quienes se sientan interesados en la temática, pueden consultar Caminata del Fin del Mundo en las redes sociales Instagram y Facebook.
