El investigador del CADIC-CONICET relató la inesperada masificación de la campaña científica submarina reciente en el cañón de Mar del Plata y el valor de los hallazgos realizados con el ROV.
Ignacio Chiesa, investigador del CADIC-CONICET, aún procesa el impacto de la expedición a bordo del barco Falkor Too. La campaña no solo superó todas las expectativas científicas, sino que se transformó en un fenómeno social inesperado gracias a las transmisiones en vivo.
“Terminamos en la locura absoluta de números que todavía seguimos procesando y tratando de entender”, confiesa en FM Master’s Chiesa, refiriéndose a la amplia repercusión pública. El afecto, asegura, “sigue llegando hasta el día de hoy”, evidenciado en actividades escolares inspiradas en el trabajo del equipo.
Desde lo estrictamente científico, el uso de un robot operado remotamente (ROV) revolucionó su metodología. “La gente podía ver que había una escala que medía, con dos lásers verdes, medía 10 centímetros. Entonces, de esa manera podemos saber cuántos organismos de X bicho hay”, explicó sobre la precisión obtenida.
Esta tecnología permitió entender las interacciones entre especies y su densidad en un hábitat de difícil acceso, algo imposible con redes tradicionales que devuelven el material “muy apelmazado”.
Respecto a los descubrimientos, Chiesa confirmó el hallazgo de nuevas especies. “Hubo y yo creo que va a haber más todavía. Estamos diciendo 40 especies, más o menos, es un número muy por arriba, honestamente”.
Mencionó, por ejemplo, “el famoso benthodytes violeta” y que “aparentemente hay una de estas batatas, sería la tercera, que es nueva”.
El material recolectado, ahora distribuido en instituciones de todo el país, servirá como base para futuras investigaciones y tesis doctorales, consolidando un legado científico que recién comienza a develarse.