Por Elías García.
La licenciada en Psicología, Yanina Ulloa, explicó por FM Master’s los alcances de la excepción del aislamiento social obligatorio para las personas con discapacidad, en el marco de las medidas dispuestas por el gobierno nacional y provincial.
Entre las bases de las normativas, las autoridades provinciales establecieron como máximo de salida una distancia de 200 metros desde la residencia, a diferencia de la medida nacional, que disponía de 500 metros. Por otra parte, el máximo de tiempo para el recorrido será de 20 minutos
“En mi opinión no es desfavorable (la normativa provincial). Hay un criterio de cuidados, político, contemplando la salud mental de las personas con discapacidad. Aproximadamente tenemos cuatro mil personas con discapacidad en la provincia y hay casos con alto nivel de riesgo porque hay comorbilidades, no sólo de índole psiquiátrica o psicológica, también respiratorias o cardiológicas”, explicó la profesional, quien agregó que esos casos “no se encuentran con la misma inmunidad que otras personas y hay que considerarlo a la hora de salir o no a la calle”.
Como situación excepcional, Ulloa mencionó a los pacientes electrodependientes, “que sí están contemplados con la asistencia en el domicilio, no se puede mantener el cuidador en aislamiento con el paciente por condiciones de dependencia, de necesidad extrema”.
La utilización del beneficio –definió- sólo debería aplicarse “cuando el contexto de la persona con discapacidad se torna insoportable y atenta realmente a su bienestar emocional”.
También, la psicóloga hizo alusión a los elementos que son pensados a la hora de la salida. “Una mamá me preguntaba si su hijo –que tiene una discapacidad intelectual y no motriz- podía salir con la bicicleta, y ese elemento requiere todo un procedimiento de higiene como si fuera una silla de ruedas, hay posibilidad de contraer el virus tocando la superficie”, expresó.
“Cualquier elemento nos condiciona y también cómo llego a mi casa y cuáles son las medidas de higiene que tomo”, sumó la profesional.
En el contexto de pandemia por el COVID-19, Ulloa mencionó que se puede observar una “elevada sintomatología”, que incluye “insomnio, mayor apego a la familia o síntomas de ansiedad y angustia”.
“Es un criterio muy personal (la posibilidad de realizar la salida) y se debe hacer siempre que no haya otra opción. También es recomendable hacer uso de otro tipo de espacios en el hogar”, sugirió.
A partir de la opinión de padres y otros especialistas, Ulloa comentó que “todo siempre va a ser cuestionable en estos tiempos de pandemia y sobre información”. “Tenemos que dar el ejemplo, una de las cosas fundamentales como adultos es seguir las normas; si aprovecho la salida de mi hijo para ir de compras, no era así, tiene que ver con una conducta, con una ética, intentar no enojarnos y tener la mayor empatía posible”, señaló.
En ese sentido, la profesional reiteró la necesidad de “tomar conciencia de cuándo lo vamos a hacer, más allá del decreto, cuántas cuadras y cuánto tiempo”.
Cobertura social
Entre las condiciones y características que contemplan a las personas con discapacidad, la Superintendencia de Salud de Servicios de Salud de Nación otorgó la obligatoriedad para las prestaciones básicas en telemedicina.
“Hay mucho acompañamiento a la familia por videollamada, Zoom, que son imprescindibles; no todos la utilizan. Va para determinadas familias y casos donde hubo una sintomatología en el contexto de pandemia”, describió.
“Esto costó una lucha de padres, profesionales, asociaciones; no se instaló desde el inicio. Nadie tenía previsto la pandemia. Tenemos que entender también que todavía no hay protocolos para trabajar con discapacidad y COVID-19 a la vez. A nivel nacional y provincial se está trabajando”, informó la psicóloga.
El grupo citado abarca “niños no verbales o jóvenes hipoacúsicos, disminuidos visuales o con parálisis cerebral que necesitan otros sistemas alternativos de comunicación dentro de los centros de salud para poder comunicarse y eso todavía no está estandarizado”, concluyó.
