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Río Grande
26 de noviembre de 2025

Proyecto de cultivo terrestre que apuesta por empleo y control ambiental

Con más de cuatro años de desarrollo, el proyecto de salmonicultura terrestre de Sulko Romero busca generar empleo local y producir en circuito cerrado con control ambiental. La propuesta incluye abastecimiento con insumos fueguinos y reutilización de residuos. Romero advierte que el desarrollo no puede frenarse por dirigentes que subestiman la creación de trabajo.

El empresario fueguino Sulko Romero presentó en detalle su proyecto de salmonicultura terrestre, una iniciativa que combina piletones en tierra, tratamiento de agua, aprovechamiento de residuos y abastecimiento con insumos producidos en la provincia. Ubicado en la estancia Las Violetas, el emprendimiento busca ofrecer una alternativa productiva distinta al modelo marino que desde 2020 generó intensos debates en Tierra del Fuego.

“Todo lo que sea innovación, generación de trabajo y producción es beneficioso no solo para el inversor. Esto beneficia a muchos”, expresó Romero en diálogo con FM Master’s.

Piletones, tratamiento y circuito cerrado

Romero explicó que el proyecto está diseñado bajo un sistema de circuito cerrado, sin intervención en lagos o ríos.

“Nuestro proyecto tiene más de 4 o 5 años de trabajo. Son piletones en la tierra. Está prevista una planta de tratamiento que purifique el agua antes de que vuelva a recircular o siga su curso al río. Lo que volvemos al río es agua tratada.”

Agregó que el abastecimiento de agua no requiere bombeo constante:

“Trabajamos con mareas medias. La idea es poner infraestructura para lograr entre mareas el abastecimiento del agua sin necesidad de bombeo. El agua se renueva permanentemente.”

En cuanto al tratamiento de residuos, remarcó los beneficios para la ganadería: “Los desechos aprovechamos a tirarle materia orgánica al campo, a nuestras pasturas. Todo lo que sea abono de animal o de peces es altamente codiciado. En vez de urea o fósforo, usar algo que produce un animal no tiene precio.”

“A nuestros pastos les falta nitrógeno y fósforo; sin dudas es provechoso”, añadió.

Cadena local y producción continua

Uno de los puntos centrales del proyecto es su integración con la industria fueguina: “Para la comida nos vamos a abastecer con Vitalcan. La idea es que ellos puedan utilizar nuestros propios desechos como abono para luego producir el alimento balanceado. Esto es un circuito virtuoso.”

Romero destacó que este esquema cierra el ciclo productivo y genera empleo directo: “Hay que darle mucho conocimiento a la gente para que entienda que es un circuito cerrado, pero que además genera mano de obra.”

Sobre el crecimiento del pez, explicó: “Cumplidos los 8 o 9 meses, el salmón ya está en 6 kilos, que es el peso exacto para la faena. Luego se envasa al vacío y se congela. Hay una planta de tratamiento y frigorífica.”

Consumo local y exportación

Si bien la producción estará orientada a la exportación, Romero aseguró que reservará una parte para el consumo interno: “Queremos dejar un 10% para consumo local, para que la gente pueda comer salmón nuestro. El que consumimos hoy es de Chile y está 40 mil pesos. La idea es dejar precios accesibles.”

Respecto a la competencia internacional, sostuvo: “La exportación es mundial. No debemos depender de Chile. El salmón es buscado en todo el mundo. Lo que podamos producir nosotros lo van a comprar.”

Como referencia regional, mencionó el caso de Santa Cruz: “En Piedra Buena procesan 70 toneladas de trucha con tanques australianos y exportan. Es un producto que se puede hacer en agua dulce, y acá también.”

Además, adelantó un ensayo experimental: “Este año voy a intentar sembrar alevines en el Río Chico.

Control estatal y mirada productiva

Romero defendió la necesidad de regulación: “Estoy súper convencido de que esto se puede hacer, pero necesitamos que el Estado controle. Si tenés 70 kilos por metro cúbico de agua no vas a contaminar. Nosotros vamos con 60. Como productor hay que cuidar el recurso.”

Finalmente, apuntó contra quienes minimizan la creación de empleo: “A mí me llama la atención que haya gente que se ocupe de si una empresa va a dar 10, 100 o 2.000 puestos. Bienvenido sea: eso se traduce en familias con trabajo.”

Y cerró con una crítica a la mirada política:

“Hay un proyecto hermoso de curtiembres con 1.500 puestos. Para criticar si son pocos puestos, que se dejen de joder. El que da dos puestos de trabajo, bienvenido sea: le aplaudo.”

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