Comenzó el juicio contra Ezequiel Guillamondegui, quien se encuentra acusado de haber asaltado a mano armada a un menor de 15 años. La víctima reconoció los elementos robados y el cuchillo que habrían utilizado. El imputado se negó a prestar declaración. La defensa buscó justificar el hecho al considerar que el acusado presentaba problemas de adicciones a las drogas y alcohol.
zal como estaba estipulado, en horas de la mañana dio inicio a un nuevo juicio oral y público en los Tribunales del ex Campamento YPF.
Durante el mismo, el Tribunal Oral, integrado por los jueces Eduardo López, Daniel Borrone y Juan José Varela, deben analizar detenidamente las pruebas surgidas a lo largo de toda la investigación, por la cual el joven Ezequiel Guillamondegui de 20 años, se encuentra detenido y acusado de haber cometido un violento asalto a mano armada. Si bien los delincuentes eran dos al momento del ataque, uno de ellos es un menor de edad, quien habría solicitado mediante su defensa y con acuerdo de la Fiscalía, una suspensión de juicio a prueba, aceptando su responsabilidad y recibiendo una pena menor.
El debate dio inicio con la lectura de la requisitoria a juicio por parte del Fiscal Pablo Candela, quien brindó detalles de todas las pruebas que fueron surgiendo desde el inicio de la causa y de los testimonios que se brindarán a lo largo de las jornadas.
Una vez finalizada la alocución del Fiscal, los jueces le brindaron la oportunidad al imputado a prestar declaración, medida a la que se negó por recomendación de su abogado defensor.
A raíz de ello, se hizo presente en el juicio la víctima del violento asalto por el cual Guillamondegui se encuentra detenido.
Allí el joven de 15 años brindó un relato a los jueces sobre lo sucedido. Comenzó explicando que se encontraba en la parada de colectivo para dirigirse a su colegio en la zona de la Margen Sur. Allí observó a dos sujetos que se le acercaron, “uno de ellos me preguntó la hora y luego de que se lo dije, se acercó y mostró un cuchillo, pidiéndome el celular y la plata”, comenzó relatando el menor.
Acto seguido, el segundo malviviente le habría apoyado por la espalda, un elemento similar a un caño, “algo duro y redondo, parecía un arma, pero no la alcancé a ver”, agregando “en un momento que me quise dar vuelta me dijo no me mires la cara porque te pego un tiro”. En ese preciso momento, le quitaron la mochila que contenía una notebook y se dieron a la fuga.
Por otro lado, se le exhibieron diversos elementos secuestrados en los domicilios en los cuales residían los dos delincuentes que habrían participado del robo. Allí logró reconocer sus pertenencias como el teléfono celular y la mochila. Asimismo, se le mostraron dos cuchillos, de los cuales uno de ellos fue sindicado como el posible utilizado por uno de los atacantes. La víctima aclaró que el asalto se produjo en las primeras horas de la mañana y debido a que se produjo en el mes de junio, aún era de noche y no podía precisar con exactitud.
El juicio pasó a un cuarto intermedio para este jueves, momento en que continuarán las declaraciones testimoniales durante el juicio.
Justificación de la defensa
Uno de los abogados defensores buscó dejar registrado que Ezequiel Guillamondegui tenía problemas de adicciones (cocaína, marihuana, pastillas y alcohol) y que al momento del hecho, se encontraba bajo tratamiento para sus problemas.
De esta forma, la estrategia de la defensa, sería que se tenga en consideración como atenuante ante una posible condena, e incluso como eximente de responsabilidad alguna.
En respuesta a dicha aclaración, el Fiscal Candela explicó que el informe médico incorporado a la causa, indica que al momento de la detención de Guillamondegui, el mismo se encontraba lúcido y no existían indicios de ningún tipo de alteración por efecto de drogas o alcohol.