La Cámara baja aprobó en general el proyecto enviado por el Gobierno y lo giró al Senado. El debate estuvo atravesado por fuertes negociaciones y por el rechazo, por tercera vez, a avanzar sobre educación y discapacidad.
La Cámara de Diputados aprobó este jueves en general el proyecto de Presupuesto 2026, que obtuvo media sanción y fue girado al Senado para su tratamiento. La sesión estuvo signada por extensas negociaciones políticas, cruces entre bloques y una votación que volvió a dejar en evidencia los límites del oficialismo para avanzar sobre áreas sensibles del gasto.
Tras varias horas de debate, el proyecto logró avanzar en su esquema global, lo que le permitió al Gobierno destrabar un trámite clave en el Congreso. Sin embargo, durante la votación en particular quedaron expuestas las principales tensiones, especialmente en torno al artículo 75, uno de los puntos más controvertidos del texto.
Ese artículo concentró buena parte de las discusiones dentro del recinto y en las conversaciones previas entre el oficialismo, sus aliados y la oposición. La disposición incluía modificaciones vinculadas al financiamiento de áreas sensibles, lo que generó un amplio rechazo transversal. Finalmente, no alcanzó la mayoría necesaria y fue rechazado.
De ese modo, por tercera vez en el Congreso, una mayoría parlamentaria volvió a enviar una señal política clara: la educación y la discapacidad no se tocan. El resultado replicó votaciones anteriores en las que el Parlamento ya había marcado límites frente a intentos de modificar o recortar partidas asociadas a esos sectores.
Durante el debate, legisladores de distintos bloques señalaron que se trata de políticas públicas que constituyen “pisos de derechos” y advirtieron que no pueden ser utilizadas como variable de ajuste en el marco de la discusión presupuestaria. También hubo críticas a la estrategia del oficialismo de agrupar artículos sensibles junto con otros temas para forzar acuerdos más amplios.
Más allá del rechazo puntual al artículo 75, la aprobación en general del Presupuesto 2026 fue leída por el Gobierno como un avance político, luego de semanas de negociaciones y de dificultades para reunir consensos en la Cámara baja. El respaldo se apoyó en acuerdos con bloques provinciales y sectores dialoguistas.
Con la media sanción obtenida, el proyecto pasó al Senado, donde se abrirá una nueva instancia de negociación. En la Cámara alta, el oficialismo buscará sostener el núcleo del texto aprobado en Diputados y evaluar posibles modificaciones sobre los artículos que no lograron consenso. El debate que viene será clave para el futuro del plan económico y fiscal del Ejecutivo.
