En un discurso con fuerte tono político y económico, el Presidente reafirmó el equilibrio fiscal como pilar innegociable de su gestión, agradeció el respaldo social en la etapa más dura del ajuste y llamó a construir consensos con gobernadores y legisladores. Anunció aumentos en salud, educación y obra pública, y defendió el rol del sector privado en la recuperación.
El presidente Javier Milei habló en cadena nacional para presentar el Presupuesto 2026, en un discurso que tuvo una línea clara: reafirmar el rumbo económico, mostrar empatía con la realidad social y apelar al consenso político. “Lo peor ya pasó”, aseguró con tono optimista.
Al dirigirse a la política, fue firme: “El futuro de la Argentina depende de que el pueblo y la política se comprometan con el orden fiscal”. Enfatizó la necesidad de acuerdos con gobernadores, diputados y senadores que “quieren una Argentina distinta”.
A la sociedad, le agradeció el apoyo frente al ajuste: “Queremos agradecerles a los argentinos por el enorme apoyo que demostraron a lo largo de este primer período”. Reconoció las dificultades, pero aseguró que “el rumbo es el correcto”.
En ese sentido, reafirmó: “Roma no se construyó en un día”, y destacó que los logros iniciales, como la baja de la inflación y del gasto, son solo el comienzo. “El equilibrio fiscal no se negocia”, repitió como consigna innegociable.
Reconoció que muchos aún no ven mejoras: “Entendemos que muchos aún no lo perciban en su realidad material”, pero aseguró que el nuevo presupuesto buscará sostener el orden fiscal sin abandonar la inversión social y productiva.
Anunció aumentos por encima de la inflación en áreas clave: 5% en jubilaciones, 17% en salud, 8% en educación, y más de 4,8 billones para universidades. También se reactivará la obra pública: “Este superávit permitirá financiar al sector privado para desarrollar obras fundamentales”.
Milei planteó un cambio en la relación con el sector empresario: “Tenemos que dejar de ver a los empresarios como enemigos públicos”, y propuso restituir la presunción de inocencia fiscal. “Se acabó esa absurda idea de que el Estado considere a todos sus ciudadanos como criminales”.
Fue un mensaje con fuerte tono político y económico, que cerró con una reafirmación del rumbo y una invitación al consenso: “Trabajando codo a codo con los gobernadores, diputados y senadores, vamos a lograr las reformas de fondo”. Y concluyó: “Sabemos que el camino es arduo, pero sabemos que el rumbo es el correcto”.