Un promedio de siete encuestas nacionales ubica a Axel Kicillof y Maximiliano Pullaro como dos de los dirigentes opositores mejor posicionados en imagen positiva, aunque desde espacios políticos distintos y sin un liderazgo opositor unificado.
Las últimas encuestas nacionales vuelven a confirmar una tendencia que atraviesa a toda la política argentina: la oposición carece de un liderazgo claro y homogéneo, pero comienzan a destacarse algunas figuras con mejor imagen pública que el promedio. En ese escenario, dos dirigentes provenientes de espacios políticos diferentes aparecen bien posicionados: Axel Kicillof, referente del kirchnerismo, y Maximiliano Pullaro, una de las principales figuras del radicalismo.
De acuerdo con un promedio de siete sondeos nacionales, Kicillof encabeza el ranking de imagen positiva entre dirigentes opositores con un 34,2%. Su figura se mantiene como la más competitiva dentro del peronismo no oficialista, aunque con un alcance todavía concentrado en la provincia de Buenos Aires y con niveles de rechazo elevados a nivel nacional.
En paralelo, el gobernador de Santa Fe, Maximiliano Pullaro, alcanza un 23% de imagen positiva, ubicándose entre los dirigentes mejor valorados fuera del peronismo. Su posicionamiento lo convierte en uno de los referentes más visibles del radicalismo y de los sectores que buscan construir una alternativa opositora desde el interior del país, con un perfil de gestión y alejamiento de la confrontación nacional.
El contraste entre ambos dirigentes refleja la diversidad interna de la oposición. Mientras Kicillof representa la continuidad del liderazgo kirchnerista y conserva un núcleo duro de apoyo, Pullaro encarna una renovación dentro del radicalismo, con una imagen más ligada a la administración provincial y a la seguridad, temas sensibles para el electorado.
El ranking también incluye a otras figuras relevantes. Mauricio Macri aparece con un 30,8% de imagen positiva, seguido por Cristina Fernández de Kirchner con un 29,4%. Más atrás se ubican Jorge Macri con el 23,5% y Sergio Massa, quien cierra la lista con un 18,7%, afectado por el desgaste de su paso por el Ministerio de Economía.
Más allá de los nombres, el dato central es que ninguno de los dirigentes supera ampliamente el 35% de imagen positiva. Esto confirma un clima de escepticismo generalizado y una oposición fragmentada, donde conviven liderazgos de distintos espacios sin una figura que logre sintetizar un proyecto común.
En ese contexto, Kicillof y Pullaro emergen como dos referencias relevantes desde tradiciones políticas distintas, pero aún lejos de consolidar una conducción opositora capaz de disputar con claridad el escenario nacional.


