El especialista Federico Rayes desmenuzó las complejidades de la economía argentina: desde la dinámica inflacionaria hasta el impacto de las altas tasas de interés en un contexto político sensible.
En un contexto marcado por la volatilidad financiera y las presiones inflacionarias, Federico Rayes, titular de la consultora Ecotono, brindó por FM Master’s un exhaustivo análisis sobre los desafíos que enfrenta la economía argentina. Con datos precisos y una mirada técnica, el especialista desglosó los factores que inciden en el índice de precios, el tipo de cambio y las tasas de interés, mientras anticipó un escenario de estancamiento productivo hacia fin de año.
El informe de inflación de julio arrojó un incremento del 1,9%, levemente superior al 1,7% registrado en junio. Sin embargo, Rayes destacó que la dinámica del núcleo inflacionario -el indicador que excluye componentes estacionales- mostró una desaceleración, ubicándose en 1,5%. «La buena noticia es que el corazón de la inflación sigue a la baja», señaló, aunque advirtió sobre el impacto en los alimentos, que continúan presionando la canasta básica. «Nadie quiere ver que lo más esencial, como la comida y las bebidas, sigan encareciéndose», afirmó.
Uno de los puntos centrales de su exposición fue el comportamiento del dólar. Tras la implementación del nuevo esquema de bandas cambiarias en abril, julio registró un salto del 14% en la cotización, seguido por una corrección del 4,5% en agosto. Para Rayes, el dato positivo radica en que este movimiento no se trasladó íntegramente a los precios minoristas, una desconexión que el gobierno busca consolidar. «Hubo un salto cambiario importante, pero los precios no se enteraron en la misma proporción. Eso es algo que se está festejando», explicó. No obstante, matizó que, en otros períodos, la relación entre devaluación e inflación hubiera sido más explosiva: «Antes perdíamos la noción; todo aumentaba en una carrera sin control».
El análisis también se centró en el mercado financiero, donde las tasas de interés experimentaron un abrupto incremento. Rayes detalló que el vencimiento masivo de letras del tesoro (LEFIs) a mediados de julio, equivalente a 10 billones de pesos, generó una fuga de liquidez hacia el dólar, obligando al Estado a ofrecer rendimientos superiores para retener pesos. «Las tasas pasaron del 30% anual a niveles del 50% o 60% en operaciones de corto plazo», precisó. Este fenómeno, aunque estabilizador para el sistema financiero, tiene un efecto adverso en la economía real: «Si las tasas son demasiado altas, ni las familias consumen ni las empresas invierten. Se frena todo».
En cuanto a las perspectivas, el especialista anticipó que la inflación cerraría el año en torno al 30%, lejos del 18,3% proyectado originalmente por el gobierno. Además, subrayó que la actividad económica permanecerá estancada, con sectores como energía y agro mostrando resiliencia, mientras el consumo minorista y la industria enfrentan caídas. «El costo de las tasas altas es asumido para evitar una crisis cambiaria, pero eso profundiza el estancamiento», concluyó.
Con las elecciones en el horizonte, Federico Rayes enfatizó que la estabilidad macroeconómica será un factor clave en la contienda política. «Todos buscan certidumbre, porque solo así la sociedad puede dejar de pensar en la economía y enfocarse en otros temas», reflexionó finalmente. Sin embargo, advirtió que los vaivenes políticos podrían intensificar la volatilidad en los próximos meses, especialmente en un escenario donde la confianza en los instrumentos de ahorro local sigue siendo frágil.