Poco antes de comenzada la sesión en diputados por la Reforma Previsional, algunos manifestantes concentrados en los alrededores del Congreso comenzaron a arrojar piedras, palos y bombas molotov a un cordón de oficiales de la Policía de la Ciudad que custodiaban el vallado.
La guardia de infantería armó una línea con escudos para evitar el avance de los violentos. También se usaron los camiones hidrantes y balas de tinta contra los manifestantes. Por la lluvia de cascotes, diez efectivos fueron trasladados con heridas.