Desde el municipio de Río Grande, se impulsa una producción estatal de pollos frescos, a través de una empresa creada ad hoc y un convenio con la Misión Salesiana. Además, gestionó, junto a panaderos locales, la compra de harina para producir pan a mejor precio.
Martín Porcel, subsecretario de Articulación con el Sector Privado e Inversión de la Municipalidad de Río Grande, explicó los alcances de las iniciativas que desde su área llevan adelante. Se dan en el marco de la política de soberanía alimentaria definida en la gestión que encabeza el intendente Martín Pérez.
Se trata del apoyo, en gestión, recursos y logística, a sendas producciones alimentarias, una propia de pollos frescos en instalaciones de La Misión Salesiana, y otro en favor de un grupo de panaderías barriales.
El funcionario explicó el origen de las iniciativas, en función de vivir en una isla donde los alimentos que se consumen vienen desde el Norte del país, y apenas un 3% se produce localmente. Desde el municipio se decidió trabajar en políticas para incrementar ese monto de producción propia, tanto en alimentos cárnicos como en verduras.
En cuanto a la producción avícola, informó que se firmó un acuerdo con la escuela Agrotécnica de la Misión Salesiana “que tenían hace mucho tiempo una producción de pollos casi un ícono acá, con la marca de los pollos de La Misión”, únicos pollos frescos que se podían conseguir en la ciudad y que se vendían también en Ushuaia.
La Misión dejó de producir y toda esa infraestructura quedó ociosa. “Al intendente se le ocurrió firmar un convenio con las autoridades de La Misión para recuperar y poner en valor esa infraestructura y maquinaria, y recomenzar con la producción de pollos de manera local” señaló Porcel.
A través de la ceración de una empresa del Estado “RGA Alimentos”, se lanzó el proyecto, que comenzó con la puesta en condiciones de la infraestructura, la compra de pollitos bebés a un productor de Entre Ríos, y luego todo el proceso de crecimiento, con una inversión municipal inicial de $ 10 millones: “Hoy estamos en los 6.000 pollos mensuales y queremos escalar esa producción a 10.000 para diciembre”, con una proyección para el año que viene de 20.000 pollos frescos, con lo que se alcanzaría un 20% del mercado.
Esa primera producción se puso a la venta al público el viernes pasado en el espacio municipal “Mercado en tu barrio” una feria de precios populares de productos alimenticios que se realiza de forma regular. “Largamos la primera tanda de producción de 2.500 pollos. El impacto fue impresionante” se entusiasmó Porcel. Tanto que uno de los supermercados salió con un producto premium al mismo valor y el otro bajó el precio del kilo de pollo congelado a la mitad de lo que lo estaba vendiendo.
“Estamos en el proceso de armar una cadena comercial para comercios de cercanía en todos los barrios de la ciudad, para que este pollo fresco esté el alcance de cada vecino” anunció además.
Por otro lado, relató lo que llamó “una articulación virtuosa” entre el Estado y el sector privado: “Un grupo de panaderos que debido a la pandemia y la crisis que produjo la guerra con el aumento del precio de la harina, estaban en una situación de riesgo seria y compleja, con problema de puestos de trabajo, deudas y caída de facturación, vinieron a golpear las puertas del municipio en busca de soluciones. Pero tenían una propuesta, la idea nació de ellos”.
Así desde el municipio se gestionó ante la Nación el acceso a compra de harina a mitad de precio a molinos que comercializan a través de fideicomisos del Gobierno nacional. De esta manera, optimizando ese primordial costo, se pudo definir un esquema de cuatro días a la semana, de lunes a jueves, que esas 20 panaderías adheridas venden el pan a $ 280 el kilo, un 30% más barato que en la plaza que es de $ 400 en promedio el kilogramo.
“Funciona muy bien, ya lleva más de un mes y han incrementado las ventas en un 40%. Además, no solo venden el pan, sino el resto de sus productos” informó Porcel, insistiendo en el concepto de “articulación virtuosa entre el sector público y el privado”.
Merced al éxito obtenido en ambas iniciativas alimenticias, Martín Porcel dijo que ya se trabaja para replicar la experiencia en producción de tomates, mientras se avanza en otros procesos ya iniciados, como el logro de un cuantioso crédito del Banco Interamericano de Desarrollo por U$S 600 millones para instalar una planta de alimento balanceado. Sumado al apoyo a productores de cerdos, de lechuga y al sector de la pesca artesanal.
