La gente de River empezó a desconcentrarse, pero a unas pocas cuadras del estadio, en el cruce de las avenidas Del Libertador y Congreso, se produjo una batalla campal entre simpatizantes del club de Núñez y agentes del orden con un saldo hasta el momento de 30 detenidos.
Allí, hinchas de River atacaban a pedradas a la Policía y rompían automóviles estacionados, mientras los efectivos intentaban dispersar a los revoltosos disparando balas de gomas, según pudo constatar la prensa en el lugar de los incidentes.
El amor por la camiseta quedó a un lado, cuando hinchas de River que salían del estadio denunciaron que algunos “hinchas” del mismo equipo les quisieron robar las entradas, por lo que también se produjeron forcejeos y peleas en las que debió intervenir la policía.