La provincia de Tierra del Fuego AIAS emprende acciones legales contra Harland & Wolff, contratada por el gobierno ilegítimo en Malvinas para construir un puerto. Es el paso previo a iniciar una acción judicial, en caso de no responder.
La provincia de Tierra del Fuego AIAS ha anunciado la decisión de intimar a la empresa norirlandesa Harland & Wolff, contratada por las autoridades británicas en las Islas Malvinas para la construcción de un puerto de aguas profundas en el archipiélago. La petición, fundamentada en la defensa de la soberanía argentina sobre las Malvinas y la protección del medio ambiente, representa un nuevo capítulo en la disputa territorial entre Argentina y el Reino Unido.
Andrés Dachary, secretario de Malvinas, Antártida, Islas del Atlántico Sur y Asuntos Internacionales de Tierra del Fuego AIAS, explicó los motivos detrás de la decisión de la provincia de intimar, y eventualmente accionar judicialmente contra Harland & Wolff, haciendo referencia a precedentes similares en la región. «Esta decisión del Gobernador es similar a la que ya operativizamos hace dos años, cuando hubo un intento similar con la empresa BAM UK & Ireland», señaló Dachary.
La provincia sostiene que Malvinas es una parte integral de su territorio, por lo que cualquier empresa que busque realizar actividades en las islas debe cumplir con los procedimientos legales establecidos. «Malvinas es una parte más de la provincia de Tierra del Fuego y cualquier empresa tiene que cumplir un procedimiento lógico para la aprobación del mismo. Normalmente es un procedimiento que tiene una instancia nacional, una provincial y una municipal», explicó el funcionario.
El proceso legal contra Harland & Wolff se iniciará con una intimación a la compañía, en la que se le requerirá la presentación de toda la documentación necesaria en un plazo de 90 días hábiles. En caso de respuesta insatisfactoria o ausencia de la misma, la provincia procederá a presentar una denuncia formal ante los tribunales fueguinos.
«Lo que se busca es impedir que esta empresa tenga negocios en cualquier otra parte del país, que no se pueda asociar, llegado el caso, a trabajar, que haya un embargo sobre sus bienes», destacó Dachary. Además, la provincia está investigando la cadena de clientes y proveedores de Harland & Wolff para informarles sobre el litigio en curso.
El secretario de Malvinas también hizo hincapié en la falta de antecedentes de la empresa en otras partes del país o asociaciones, lo que justifica un proceso de investigación más exhaustivo. «Antecedentes de la empresa en otras partes del país, no hay. Ni tampoco de asociaciones. Pero, obviamente, esto amerita un procedimiento de investigación», afirmó.
Dachary también recordó la resistencia interna en Malvinas por parte de los ambientalistas en el caso anterior, debido a la falta de consideración por la preservación medioambiental en proyectos de este tipo. «Es cierto que también hubo una resistencia interna en las propias islas por parte de los ambientalistas porque, además, estos proyectos no observan en absoluto la preservación medioambiental», agregó.
Además de la preocupación por el impacto ambiental, la provincia de Tierra del Fuego considera que el proyecto del puerto en Malvinas tiene como objetivo fortalecer el control británico sobre las islas y sus recursos naturales. «Está clarísimo que está pensado para fortalecer la capacidad de saqueo de nuestros recursos naturales, principalmente de pesca y de hidrocarburos», afirmó Dachary.
El secretario también advirtió sobre la importancia estratégica del proyecto en el contexto de la reducción de la operatividad del Canal de Panamá debido al cambio climático. «Esto tiene trascendencia en momentos en los cuales el Canal de Panamá tiene una operatividad que se ha reducido casi a un 40% producto del cambio climático y que no hay agua, justamente para garantizar el caudal necesario para operar», explicó.
Finalmente, Andrés Dachary expresó su preocupación por el uso de Malvinas como una puerta de ingreso a la Antártida, considerándolo una amenaza para el continente blanco. «Es una amenaza a la Antártida al utilizar Malvinas como una nueva puerta de ingreso al continente blanco», concluyó el secretario.
