El referente industrial Ramón Gallardo remarcó que el sector textil fueguino quedó sentenciado con el Decreto 594/2023 y que la provincia no puede seguir negociando con déficit y sin diálogo con la Nación. Planteó que el Régimen de Incentivo para Grandes Inversiones (RIGI) es clave para atraer capitales y reconstruir la base productiva.
La situación del sector textil fueguino ya no admite eufemismos: está en cuenta regresiva. Así lo definió el contador y referente industrial Ramón Gallardo, quien advirtió que la aplicación del Decreto 594/2023, dictado en noviembre pasado por el gobierno de Alberto Fernández, elimina de forma progresiva los beneficios fiscales que sostenían la actividad bajo el subrégimen de la Ley 19.640. Esa reducción —del 2,3% anual sobre incentivos nominales acumulados en diez años, sin ajuste por inflación— deja sin viabilidad a las empresas del rubro en un contexto de inflación histórica.
“El sector textil tiene fecha de vencimiento”, afirmó Gallardo, y aseguró que las empresas enfrentan una quita acumulada que vuelve insostenible su operación. “Son 573 empleos directos que van a desaparecer solo en Río Grande. Les decretaron la muerte. Y no estamos hablando de un problema futuro, sino de algo que ya está ocurriendo”, enfatizó.
El derrumbe del empleo fabril acompaña el deterioro del contexto social: en 10 años, la mano de obra industrial cayó 37% mientras la población creció 46%. “Hoy tenemos 22,3% de pobres y 3,4% de indigentes en la provincia. Y hace 22 años que no se instala una sola fábrica nueva en Tierra del Fuego”, precisó Gallardo.
Según el analista, la clave no es esperar que los problemas se resuelvan solos, sino tomar la iniciativa desde la dirigencia local. “Necesitamos recomponer el diálogo con la Nación. No podemos seguir negociando desde el déficit y sin una estrategia común. La provincia pierde fuerza mientras otras avanzan con superávit y autonomía”, señaló durante una entrevista en FM Master’s.
En ese sentido, Gallardo sostuvo que el Régimen de Incentivo para Grandes Inversiones (RIGI) es una herramienta clave que la provincia no puede dejar pasar. “El RIGI es una necesidad. Te ofrece estabilidad tributaria, cambiaria y aduanera por 30 años, con garantías internacionales. Si no lo usamos para atraer grandes capitales, nos quedamos sin alternativa real para generar empleo”, afirmó
El régimen, aprobado por el Congreso este año, permite que empresas que inviertan más de USD 200 millones accedan a un marco estable y protegido incluso por fuera de la justicia local. “No se trata de abandonar el subrégimen, sino de ampliarlo y complementarlo hacia sectores nuevos. Si no entendemos eso, seguimos discutiendo sobre un modelo que ya no alcanza”, planteó el especialista.
Para Gallardo, Tierra del Fuego no enfrenta un simple problema coyuntural, sino una encrucijada histórica. “La crisis está a la vista, pero también las herramientas para transformarla. Si seguimos mirando el pasado, nos vamos a perder lo que viene”, concluyó, en un mensaje directo a la dirigencia política y empresarial local.


