Evalúan convocar a sesiones extraordinarias del Congreso a partir del 2 de febrero, con el objetivo de retomar una agenda legislativa que quedó inconclusa tras el cierre del período de extraordinarias de diciembre. La definición aún no está tomada, pero en la Casa Rosada reconocen que la fecha está en análisis y que la decisión dependerá del clima político y de las negociaciones con los bloques parlamentarios.
Según fuentes oficiales, la posibilidad de reabrir el Congreso durante febrero responde a la necesidad de dar continuidad a proyectos considerados prioritarios por el Poder Ejecutivo, varios de los cuales ya cuentan con dictamen de comisión, aunque no lograron ser tratados en el recinto antes del receso legislativo. En ese marco, el oficialismo busca aprovechar el inicio del año para acelerar definiciones y evitar que la discusión se postergue hasta la apertura de las sesiones ordinarias, prevista para el 1° de marzo.
Entre los temas que podrían integrar el temario de una eventual convocatoria se destaca la reforma laboral, uno de los ejes del programa económico del presidente Javier Milei. La iniciativa genera resistencias en sectores de la oposición y del sindicalismo, lo que obligó al Gobierno a recalibrar la estrategia parlamentaria y abrir nuevas instancias de negociación. También aparecen en carpeta otros proyectos vinculados a reformas estructurales y compromisos asumidos con gobernadores.
Las conversaciones políticas están siendo encabezadas por el núcleo encargado del vínculo con el Congreso, con participación de funcionarios del Ejecutivo y autoridades parlamentarias del oficialismo. El objetivo es asegurar el número necesario para habilitar el debate y evitar una convocatoria que derive en sesiones sin resultados concretos, un escenario que el Gobierno busca esquivar tras la experiencia de diciembre.
Desde el oficialismo sostienen que una convocatoria temprana permitiría ordenar la agenda legislativa del primer trimestre y enviar una señal de iniciativa política en un año que estará marcado por la implementación de reformas y la negociación con distintos sectores. Sin embargo, admiten que la decisión final estará atada a la evolución de los acuerdos y a la disponibilidad real de consensos.
Por ahora, el 2 de febrero aparece como la fecha más probable, aunque no se descartan modificaciones. En la Casa Rosada remarcan que el objetivo no es solo abrir el Congreso, sino avanzar efectivamente con leyes clave para el programa de gobierno. La definición podría conocerse en los próximos días, una vez concluidas las evaluaciones políticas y técnicas sobre el escenario parlamentario.


