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14 de julio de 2025

El emprendedor que transformó la pesca artesanal en modelo de crecimiento

Con 33 años y una iniciativa que nació como un «proyectito familiar», el joven empresario Agustín Duval, al frente de Crustáceos Tierra del Fuego, fue reconocido como el empresario joven del año. Su historia, marcada por el esfuerzo y la innovación, refleja cómo la visión sustentable puede impulsar la economía local.

«Fue un poco extraño porque me mandaron mensajitos por WhatsApp de gente que estaba presente y fue muy sorprendente, realmente, porque no me lo esperaba», confesó Duval en FM Master’s. Esto fue al recibir la noticia del premio durante una llamada telefónica, ya que se encontraba en Buenos Aires por cuestiones personales.

El reconocimiento llega tras cuatro años de trabajo intenso en un emprendimiento que comenzó como una apuesta familiar y hoy procesa entre 30 y 40 toneladas mensuales de mejillones, con miras a alcanzar las 100 toneladas.

Aunque no nació en Tierra del Fuego, Duval se siente «casi un fueguino más». Llegó a la provincia tras trabajar en Santa Cruz en la descarga de barcos pesqueros y, junto a su padre y otros socios, identificó una oportunidad en la comercialización de productos marinos. «Vimos que no había proceso, no comprendíamos bien el hecho de por qué no se enviaba este producto hermoso, tan rico, a otras provincias», explicó.

Sin embargo, el proyecto tuvo un trasfondo emocional: su padre, diagnosticado con una enfermedad terminal en 2001, no llegó a ver la empresa en funcionamiento. «Eso motiva día a día a intentar cumplir los objetivos planteados, incluso a superarlos», admitió.

Crustáceos Tierra del Fuego no solo procesa mejillones en una planta habilitada por SENASA, sino que también trabaja con pescadores artesanales en un modelo colaborativo. «Todos estamos armando para trabajar en conjunto, no es que uno le presta servicio ni le compra la mercadería», detalló. Esta red incluye dos embarcaciones y busca consolidar una asociación que fortalezca la pesca artesanal, un sector que, según Duval, genera un «derrame económico gigante» al involucrar electricistas, rederos y mecánicos.

El enfoque de Duval está en productos boutique como la centolla y el centollón, destinados a mercados premium. «No es una industria que no cuida, sino que somos responsables de lo que va a pasar a futuro», aseguró. Actualmente, la empresa exporta mejillones al continente y envió sus primeros 100 kilos de centollón a Buenos Aires por avión, un hito que abre puertas a mercados como Mendoza o incluso el Mercosur.

Con entre 15 y 20 empleados, Agustín Duval ve el premio como una responsabilidad: «Ojalá otros jóvenes se involucren, tomen ganas. Uno es una persona normal que está cansado, sacrifica su tiempo, y que se dé cuenta que realmente se puede lograr». Su mensaje es que Tierra del Fuego es una tierra de oportunidades para quienes, como él, deciden hacerla su hogar.

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