Repudiable. Doloroso. Nefasto. Los incidentes acontecidos el fin de semana en la definición del automovilismo pista nos obligan a reflexionar. No matemos el automovilismo.
¿Qué nos está pasando? Tolhuin fue epicentro de un hecho que no puede pasarse por alto.
La definición del automovilismo pista venía tomando temperatura hace ya un par de fechas con el duelo entre los pilotos Enzo Maciel y Pow Melogno, con toques que fueron tomados a la ligera por las autoridades y terminaron desencadenando en los hechos del domingo.
Golpes de puño, empujones, destrato hacia la mujer y rotura de autos de competición, son solo algunas de las acciones que se cometieron en los boxes del autódromo “Carlos Romero” -todas captadas en video- y que merecen una sanción ejemplificadora hacia los involucrados.
No se puede permitir que personas que dañan el deporte de esta manera vuelvan a estar cerca del espectáculo, más allá de si hay o no autocrítica por lo acontecido.
Acá no sirven las disculpas. Solo sirve que los organizadores tomen cartas en el asunto y cuiden este deporte motor que tanto amamos. Para eso están o, al menos, toman la responsabilidad de llevar adelante este tipo de eventos.
Después de una edición 50 de la Hermandad dolorosa por donde se la mire, parece que el futuro cada vez es más oscuro.
Por favor, no matemos el automovilismo.


