Una investigación federal revela la trama de contrabando y lavado con criptoactivos, liderada por un fueguino, que movió fortunas con complicidad estatal.
En el marco de una vasta investigación judicial que derribó a los denominados “reyes del bronce”, emergió la figura de un hombre nacido en Tierra del Fuego como uno de los cerebros de una organización dedicada al contrabando de toneladas de metales y al posterior lavado de millones de dólares mediante criptomonedas.
La mega causa, que saca a la luz una trama de años con presunta complicidad de funcionarios públicos y agentes de seguridad, tiene entre sus nueve detenidos a Jorge V., de 55 años, quien habría movido más de 21 millones de dólares en stablecoins.
El operativo evidenció un nivel de impunidad tal que se intentó sobornar a oficiales y se hallaron millones en efectivo en una de las propiedades allanadas.
Jorge V., quien abandonó nuestra provincia para radicarse en Caseros y ciudad de Buenos Aires, donde se dedicaba al comercio mayorista de metales, es señalado por la Justicia como uno de los principales responsables del transporte ilegal de bronce, cobre y otros materiales con destino a Paraguay y Bolivia, para luego ser comercializados en Europa, Estados Unidos y China.
El análisis financiero de la Unidad Analítica Digital de la Policía Federal Argentina detalló que, en un período de tres años y once meses, el imputado recibió 413 depósitos en la criptomoneda USDT por un monto total de 21.806.316,57 dólares, realizando 425 extracciones por una suma casi idéntica.
Este flujo, que promedia 15.238 dólares diarios, no guarda relación con su actividad económica declarada.
La pesquisa confirmó que utilizaba una cuenta en la plataforma Binance para canalizar estos fondos. Durante un allanamiento en su domicilio del barrio de Flores, fueron incautados 44.090 USDT y tres automóviles de alta gama: un Citroën C3, un Ford Mondeo y un Audi A3.
La causa, llevada adelante por la Fiscalía en lo Criminal y Correccional Federal N°2 de San Isidro, a cargo de Fernando Domínguez, se originó como un desprendimiento de la “Operación Comando Crypto”, vinculada al blanqueo de capitales de organizaciones criminales con base en Brasil.
La declaración de un imputado colaborador fue clave para individualizar a este grupo de empresarios. Desde la Fiscalía se ejemplificó el descaro de la organización al señalar que, en algunos casos, los pagos se realizaban directamente mediante transferencias a billeteras virtuales.
Uno de los investigadores afirmó que la banda “saqueaba al país con la complicidad de funcionarios y agentes de seguridad”, contrabandeando “cantidades industriales de insumos críticos” para luego recibir millones que inyectaban en el mercado negro.
La Justicia continúa ahondando en la red de connivencia estatal que facilitó la operatoria y en el análisis del intrincado circuito financiero utilizado para lavar los fondos de origen ilícito.


