El juicio por la muerte de un bebé nonato en 2015 inició su etapa central. Los profesionales defendieron su proceder ante el tribunal, mientras que la audiencia se prepara para la crucial ronda de testimonios que comenzará este miércoles.
En la ciudad de Río Grande, el Tribunal de Juicio dio inicio al proceso oral y público por el delito de homicidio culposo, imputado a dos profesionales de la medicina por una presunta mala praxis ocurrida en 2015, que habría resultado en la muerte de un bebé por nacer.
Concluida la fase de acusaciones por parte de la fiscalía y la querella, la primera jornada procedió con las declaraciones de los imputados.
La Dra. Valeria, ginecóloga, expuso su descargo en indagatoria, fundamentando las decisiones clínicas tomadas durante la asistencia a la paciente. Sostuvo que la gestante no presentaba factores de riesgo que contraindicaran el parto inducido o hicieran necesario un monitoreo fetal permanente. “En mujeres de bajo riesgo no es necesario el monitoreo fetal continuo, puede reemplazarse con auscultación”, argumentó, añadiendo que para ello utilizó un monitor portátil, elemento que presentó formalmente durante su declaración.
Respecto a la causa de la muerte del bebé, la profesional explicó que la “vasculopatía fetal trombótica” identificada pudo tener factores predisponentes en la propia paciente, pero enfatizó que no existen signos clínicos ni modo de detectarla antes del parto, salvo mediante un estudio de la placenta posterior al nacimiento.
Al concluir su relato, manifestó su convicción de que, aun con la implementación de un monitoreo continuo, el desenlace no habría sido diferente, calificándolo como un final imprevisible e inevitable.
Por su parte, el otro imputado, el obstetra Rodolfo Guido Pérez, optó por remitirse a la declaración prestada durante la etapa de instrucción, limitándose a realizar algunas aclaraciones de índole técnica.
Tras las exposiciones de los acusados, el Tribunal resolvió un cuarto intermedio. La audiencia se reanudará en la jornada de este miércoles con el comienzo de la recepción de testimonios, fase crucial para la dilucidación de los hechos.


