En tiempos de pandemia las necesidades de la sociedad han cambiado. Así también, han cambiado, o deberían cambiar, las prioridades del estado. Hoy más que nunca, la conectividad es primordial para el funcionamiento del ámbito público y privado. Desde los trámites municipales, hasta las oficinas de atención al cliente que se han mudado a los livings de los empleados; mejor conexión a internet o conexión móvil, significa mejores condiciones para el famoso teletrabajo que ya es ley.
Por Néstor Schumacher.- Allá por 2015, cuando la pandemia era algo impensado, desde la gestión Bertone se propuso la creación de una red de Fibra Óptica en la provincia. ¿Cuál era el objetivo? Ofrecer la infraestructura necesaria para que los proveedores de internet de la provincia pudiesen brindar más velocidad y mejor estabilidad en su servicio. Si lo ponemos como ejemplo, la red de fibra óptica es una especie de autopista: es la estructura que permite ir “más rápido” a todos. Si hoy el tope para una conexión familiar es de 10 megas en la ciudad de Ushuaia, con la fibra óptica podríamos hablar de 5 o 10 veces más velocidad.
Más velocidad no sólo permite más datos transferidos, sino mejor latencia entre esos datos. ¿Qué representa esto para la provincia? Que empresas, aprovechando los beneficios fiscales, se instalen en la isla y contraten empleados. Acceso a conectividad a menor precio y la posibilidad de nuevos operadores del servicio. Hoy la tecnología en el resto del mundo permite que se realicen hasta procedimientos médicos vía online, con la ayuda de robótica. Aunque suene un poco irreal y futurista, ¿No sería esta una solución a la falta de profesionales médicos en la provincia?
La obra actualmente se encuentra a un 80%, pero la misma ha sido discontinuada. El problema, es que no se hizo un anuncio oficial de lo mismo, sino que fue retirada del listado parte de la Ley de Emergencia. Al parecer, para el Gobierno Provincial, internet no es tan necesario durante la pandemia, la misma que ya demostró la posibilidad de rebrotes en Río Grande.
Mientras por un lado el oficialismo paraliza una obra de prioridad en este 2020, Melella parece ir a contramano en las redes sociales. En un intento poco eficaz de mostrarse más oficialista que, bueno, el oficialismo; Gustavo Melella se ha convertido en una estación repetidora palabra por palabra de los anuncios de Alberto Fernández. Lo curioso, es que una de las medidas más recientes del presidente de la Nación, es el congelamiento de los precios de telefonía, tv e internet, a fin de asegurar la conectividad a aquellos que menos tienen. Sin detenernos en si la medida es la correcta o no, podemos ver que, si Melella replica y felicita la medida, debería estar a favor de la misma.
Cuando salimos de la esfera Twitter, donde nada es lo que parece, vemos que las grandes mentes alojadas en San Martín 450, borran con el codo lo que es-criben con la mano. Por un lado, apoyan un acceso igualitario a internet, mientras que no brindan la infraestructura necesaria para que ese servicio exista. La conectividad en la provincia es irregular y no llega a todos los hogares, por eso se planteó en su momento generar una red de fibra óptica. Si pensamos en Tolhuin, la conexión es vía satelital y no permite movimiento de datos en mucho volumen. Lo mismo pasa en una buena cantidad de los barrios más aleja-dos en Ushuaia y Río Grande, ni hablemos de lugares como la zona de la Ruta 23 o Almanza, donde el problema pasa por la electricidad.
Un párrafo aparte es la conectividad móvil. Donde la instalación física es un poco más compleja, las famosas antenas de 4G nos dan una mano. Nos permiten que hasta el lugar más remoto tenga una forma de estar conectado. Un adicional a esta obra de la que venimos hablando, era la iluminación de la red. Conectar torres a la red permitiría tener una señal fuerte de 4G en varios kilómetros de radio a la Ruta 3. Aquí no sólo es un punto de conectar a los que no están en las ciudades, sino de seguridad para los que transitan la ruta en caso de un accidente. Este adicional fue discutido durante el final de la gestión anterior, pero no logró sumarse al proyecto.
Con más de 150 días transitados en una situación anormal y difícil para la sociedad, permitir mejores herramientas para trabajar, estudiar y recrearse, pare-ce algo lógico y que no requiere mayor análisis. ¿Cómo pretendemos que los docentes puedan enseñarle a los chicos si ni profesores ni alumnos tienen acceso a una conexión que les permita verse y escucharse bien? ¿Cómo puedo vender lo que genera mi emprendimiento online, sino vivo en un barrio del centro? ¿Cómo motivamos al ciudadano a quedarse en casa, si en casa no pue-de ver ni una película sin cortes?.
El acceso a internet, en la era digital, es un servicio primordial. Representa mejores condiciones laborales, eficacia a la hora de alocar de recursos huma-nos y mejores oportunidades de negocios. Mientras los municipios buscan in-novar e introducirse en las industrias del conocimiento, desde provincia no se ejecutan las medidas necesarias para impulsar estos avances. Los servicios digitales ofrecen trabajo de calidad con buena remuneración y no cuentan con grandes barreras para integrarse a la matriz productiva provincial.
Al final del día, independientemente de quién proponga la idea o cual sea el “sector” que impulsa una iniciativa, debemos pensar si es lo mejor para la gente, no a quien “le sirve más” o da mayor rédito político. La fibra óptica fue una buena idea, a pesar que haya venido de un sector político distinto al actual. No finalizar la obra va en detrimento del vecino que reniega para mandar dos correos de corrido o no puede acceder a una clase por Zoom. No sabemos cuánto va a durar la situación actual, más teniendo en cuenta los rebrotes en personas curadas que vemos en las noticias internacionales. Priorizar herramientas que nos permitan mantener el distanciamiento social debería ser el camino más lógico, más si tenemos en cuenta que los funcionarios provincia-les parecen estar en la misma línea que Alberto Fernández en esta temática. Si dejamos la obra en un limbo, lo más probable es que cuando se decida reto-mar, en un par de años, haya elementos dañados o los insumos sean más caros al ser dolarizados.
El no tener un eje de gestión y planificar muy sobre la marcha, se traduce en que los vecinos seguiremos aportando y aportando, mientras los problemas persisten. Quizá haya que dejar de estar atento a twittear lo que dicen en Buenos Aires, y concentrarse en lo que hay que hacer en Tierra del Fuego.