Juan Petrina, director de Epidemiología Provincial, confirmó los casos. Hay tres casos en Ushuaia y uno en Río Grande. Desde el Ministerio de Salud de la provincia llamaron a no alarmarse, ya que se trata de una enfermedad leve, por lo general auto resolutiva.
El director de Epidemiología Provincial, Juan Petrina, confirmó que en Tierra del Fuego hay cuatro casos confirmados, y otros cuatro bajo sospecha. La llamada viruela del mono, o viruela símica, ya cuenta con numerosos casos desde hace varias semanas en las provincias del Norte del país. Es una enfermedad leve, que no se compara con el Covid- 19 y, por lo general, es auto resolutiva.
“No es para alarmar ni mucho menos” anticipó inmediatamente Petrina ante algunas alertas entre la población fueguina. Dijo que el virus “no es similar al COVID, muchos están esperando otra pandemia, pero no es eso” según aseguró.
Entre los casos ya confirmados, no existe un nexo que los una. De hecho, uno es de Río Grande y los otros tres, de Ushuaia. En lo que sí coinciden los cuatro es en tener o bien antecedentes de viaje, o contacto cercano con personas que viajaron a otras provincias.
La viruela símica o viruela del mono, se transmite por un virus, es endémica dentro de los parámetros normales y circula desde hace muchos años en la zona central de África: “Este año empezó a diseminarse primero en Europa, en Asia y terminó llegando a América. Ya tenemos varios casos en Argentina y ya ha llegado a Tierra del Fuego” delineó el avance el funcionario.
La enfermedad se transmite principalmente por contacto directo, “piel a piel, sobre todo con las lesiones que genera”. Dijo que hay una posibilidad bastante leve y aún en estudio “que un cercano contacto respiratorio puede llegar a generar algún tipo de transmisión”. Pero la principal fuente de contagio, y la reportada oficialmente, es la transmisión “piel a piel con estas lesiones, o con elementos por ejemplo sábanas, como un elemento contaminado”.
Enfatizó que se trata de “una enfermedad leve, generalmente auto resolutiva. No requiere internación, ni mucho menos” llevando así tranquilidad. Sí destacó “esta facilidad de contagio con este tipo de contacto, pero no es para la alarmarse. Sí para cuidarse, pero no para alarmarse”.
En cuanto a los síntomas, mencionó los más inespecíficos como fiebre superior a 38° o 39°, inflamación de ganglios, cefaleas o dolores musculares. El síntoma más particular “son estas pequeñas lesiones, vesículas como granitos que pueden aparecer en distintas partes del cuerpo, espalda, manos, boca, zona genital y perianal pueden llegar a aparecer. Que son los elementos infectantes que permiten la transmisión de una persona a la otra”.
La recomendación que formuló fue la consulta y el reporte ante la sospecha con este tipo de síntomas, si se ha tenido contacto estrecho o íntimo con personas luego confirmadas o sospechadas. “Si bien no es una enfermedad de transmisión sexual, una relación sexual es por donde más contacto piel a piel se puede llegar a tener, también en relaciones ocasionales o que no conocemos”.
Consignó algunas similitudes en términos preventivos con el reciente COVID, por ejemplo “no compartir con algunas personas sospechosas confirmadas sábanas, cubiertos, mate, etc., fundamentales para evitar la transmisión de persona a persona”.
Finalmente, desmintió que ante sospecha de la enfermedad se deba proceder a un inmediato aislamiento: “Las personas que tengan este tipo de antecedentes de haber tenido contacto con alguien que esté sospechado, puede ser importante la consulta, donde van a determinar el aislamiento o no. Una persona confirmada o sospechosa, como las que hemos tenido, son contactos estrechos, son monitoreados, pero no aislados, siguen haciendo su vida normal, pero por 21 días se los sigue contactando o ellos se auto reportan si aparece algún síntoma compatible” explicó Juan Petrina.