«Nuestro objetivo es profesionalizar la agencia. Hubo un núcleo duro que no se sumó a esto y que decidió mantenerse con un perfil muy ideológico», afirmó ayer Rodolfo Pousá, el presidente de la Agencia estatal de noticias que echó a 354 trabajadores.
Los despidos por razones ideológicas están terminantemente prohibidos por la legislación nacional, sin embargo ayer, en declaraciones radiales, el presidente de Télam no sólo avaló la persecución ideológica, sino también sindical.
«Muchos de los paros que nos hicieron no tenían nada que ver con lo que ocurría con la agencia. Se sumaban a medidas de la CGT y la CTA sólo para confrontar con las autoridades», dijo el funcionario.
El martes, el directorio de la agencia comenzó el plan de ajuste en Télam dejando cesantes a 354 empleados. Algunos de ellos recibieron el telegrama de despido. Pero otros recibieron un amenazante correo electrónico en el que se los invitaba a participar de la «nueva agencia Télam».
“Sos parte de la nueva Agencia Télam. Confiamos en vos”, decía el intimidante comunicado firmado por el directorio. Mientras tanto, los trabajadores permanecen en el edificio de la calle Belgrano, con un paro de actividades para rechazar los despidos.
