Este mediodía finalizó el juicio que se venía desarrollando desde la semana pasada contra Fernando Quipildor, quien fue condenado a 10 años de prisión por lesiones graves y coacción agravada.
Este juicio tuvo la particularidad de tener al municipio de Río Grande como querellante en defensa de una víctima de violencia de género, la ex pareja de Quipildor, Irene Balti.
En la madrugada del 25 de diciembre pasado en la margen sur, Quipildor fue detenido por la policía cuando se encontraba junto a un quemador y con evidentes rastros de sangre en la vivienda que ocupaba la víctima.
Quipildor había atacado a su pareja a martillazos. También le pegó con una piedra en la cara, lo que le hizo perder varios dientes. “Sentí que pasó a depender de él si seguía viva”, relató la angustiada víctima durante el juicio.
En los alegatos, el Fiscal Pablo Candela pidió una pena de 12 años para el imputado, mientras que la querella pidió una condena de 16 años de prisión.
En la primera jornada de debate, la víctima declaró por el lapso de dos horas frente a los jueces del Tribunal de Juicio, mientras que el victimario optó por no decir nada.
Participaron en la ronda de testimonios 2 agentes de la Policía Provincial, 1 enfermera, 1 policía de la Comisaría Cuarta y 1 médico.
El Tribunal de Juicio fue presidido por el Juez Daniel Ernesto Borrone, con las vocalías de los doctores Juan José Varela y Eduardo López.
Al Ministerio Público Fiscal lo representó el Doctor Pablo Candela, la defensa la ejerció el Defensor Oficial, Doctor Mariano Sardi y la querella las doctoras María Isabel Villarreal Gartiaga y Daiana Ortíz.
