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14 de noviembre de 2025

Ciudades y cambio climático: una aproximación al estado actual- Impactos, vulnerabilidades y la importancia de la acción climática local para la sostenibilidad urbana. 

Por Lic. Mauro Pérez Toscani

Las ciudades

A través de las ciudades podemos explicar la historia y la evolución de la humanidad. Desde los primeros asentamientos urbanos hace ya 6000 años, nuestra especie ha vivido ciclos de apogeo y crisis sociales, políticas y económicas. Hoy atravesamos una crisis planetaria que incorpora una dimensión más compleja: el cambio climático.

ONU Hábitat define la ciudad como “un complejo ecosistema de elementos interconectados donde las actividades humanas interactúan de forma dinámica. Comprender sus transformaciones es clave para definir estrategias de adaptación frente a la triple crisis planetaria: contaminación, pérdida de biodiversidad y cambio climático. Actualmente las ciudades albergan el 56% de la población mundial, porcentaje que alcanzará el 68% en 2050. A pesar de ocupar apenas el 3% del planeta, consumen 3/4 partes de los recursos naturales, el 80% de la energía global y generan hasta el 76% de las emisiones de gases de efecto invernadero. 

Las ciudades son centros de innovación y crecimiento pero también de vulnerabilidad climática. El sexto informe del IPCC (AR6) confirma que el calentamiento global es inequívoco y que los impactos sobre ecosistemas y poblaciones urbanas aumentan de forma acelerada.  Fenómenos como olas de calor, inundaciones, sequías y retroceso de glaciares se combinan con desigualdad, pobreza e infraestructura deficiente intensificando la vulnerabilidad de los ecosistemas humanos en los países en desarrollo.

En este contexto las ciudades son actores fundamentales para la mitigación y la adaptación al cambio climático. Incorporar el cambio climático en la planificación urbana, fortalecer el transporte sostenible, mejorar la eficiencia energética y fomentar la economía circular son estrategias centrales para un desarrollo resiliente. Sin embargo la acción climática requiere de gobernanza multinivel, donde los gobiernos subnacionales y locales articulen con el nivel nacional y el sistema multilateral de toma de decisiones para acceder a financiamiento y tecnología. 

Diversas redes de ciudades y coaliciones locales como ICLEI, C40 o la RAMCC, han demostrado que la cooperación entre gobiernos subnacionales acelera la acción climática. Aún sin ser sujetos del derecho internacional, las ciudades se consolidan como actores clave para traducir los compromisos globales en resultados tangibles en los territorios. Los gobiernos locales poseen conocimiento directo del territorio, de sus vulnerabilidades y potencialidades, lo que los convierte en protagonistas en la implementación de soluciones adaptadas al contexto. 

La gobernanza climática eficaz requiere compromiso político, marcos legales sólidos, acceso a financiamiento y procesos participativos. Las ciudades y las provincias argentinas enfrentan el desafío de adaptar su desarrollo urbano a las nuevas condiciones climáticas fortaleciendo su resiliencia económico-productiva, social y ambiental. La acción local es hoy el punto de partida ineludible para enfrentar una crisis que no reconoce fronteras.  

Las ciudades hogar de más de la mitad de la población mundial se están convirtiendo cada vez más en la primera línea de la acción climática.  Con su capacidad para actuar rápidamente y cerca de la gente pueden implementar las soluciones que los gobiernos nacionales a menudo retrasan: desde vehículos eléctricos en Filipinas que eliminan el 1.5 tn de CO2, hasta París que reduce el 40% de su contaminación con 300 km de carriles para bicicletas y la creación de más de 2000 empleos verdes en el sistema de transporte sostenible de Bogotá. 

Expertos internacionales en financiamiento climático opinan que la COP 30 que actualmente se lleva adelante en la ciudad de Belem, Brasil, solo será creíble si viene acompañada de un claro avance en la provisión y movilización de financiamiento climático, particularmente en materia de adaptación. A su vez, presentan como uno de los puntos principales a trabajar en esta COP para hablar de éxito, al financiamiento para la adaptación, un tema central para la acción climática de las ciudades. Si bien no existe un ítem de agenda específico sobre financiamiento para adaptación, se habla de un llamado urgente para que la COP 30 alcance no solo una narrativa sino compromisos claros al respecto. 

Por otro lado, las principales redes globales de gobiernos locales y subnacionales coinciden en que “La acción colectiva se está acelerando: el 95% de los países ya involucra a las ciudades, empresas y a la sociedad civil en la implementación de sus planes climáticos nacionales, lo que representa un aumento del 20% con respecto al ciclo anterior de presentaciones de planes climáticos nacionales conocidos como Contribuciones Determinadas a Nivel Nacional (NDC). 

Las cifras hablan por sí solas: C40, una red de 100 de las ciudades más grandes e influyentes del mundo, está reduciendo las emisiones per cápita 5 veces más rápido que el promedio mundial. De igual forma, la coalición Under2 que representa a más de 260 regiones y 1750 millones de personas se han propuesto reducir las emisiones de gases de efecto invernadero entre un 80% y un 95% para 2050. La semana pasada en el Foro de Líderes Locales de la COP 30,  gobiernos locales de todo el planeta se ofrecieron a colaborar con los líderes nacionales para acelerar la implementación de medidas climáticas. Además 50 alcaldes presentaron nuevos objetivos de aire limpio para salvar 450.000 vidas para 2040 junto con importantes iniciativas para mejorar la resiliencia urbana ante el calor y los sistemas alimentarios sostenibles.

“No he encontrado a ningún alcalde que se arrepienta de haber acelerado la acción climática ni conozco ninguna ciudad que esté retrocediendo” afirma Eric Garcetti, ex alcalde de Los Ángeles y embajador de C40 para la diplomacia climática global en la COP 30 y continúa “porque cuando la gente se asfixia por la contaminación del aire o busca autobuses más silenciosos o con menores emisiones no les importa la ideología política del alcalde; quieren que se encuentren soluciones para su salud y su seguridad”.

Sin embargo, a pesar del compromiso de los líderes locales, la magnitud de la necesidad es enorme. Tan solo, las ciudades de los países en desarrollo requerirán más de 147 mil millones de dólares anuales para la adaptación climática para el año 2030.   

Reflexión final

Desde mi experiencia profesional en gestión ambiental urbana y gestión del cambio climático y habiendo tenido que ejercer funciones en el sector privado y público tanto a nivel local como provincial y federal, considero preocupante la actual ausencia de una

representación oficial sólida y con poder de decisión política de la República Argentina en la COP 30. En un momento histórico en el que el Mundo redefine los mecanismos de financiamiento climático, la voz Argentina (y especialmente la de sus territorios subnacionales) debería estar presente. Los gobiernos locales y provinciales son quienes se enfrentan en el territorio a los impactos concretos del cambio climático: erosión costera, la sequía de sistemas hídricos de estepa y su impacto en la calidad de vida de las ciudades, el retroceso de glaciares, la pérdida de turberas, el riesgo de incendios forestales sobre los bosques nativos y las alteraciones en los ecosistemas de macroalgas que del Canal Beagle y el Atlántico Sur son algunos de los ejemplos que podemos ver cara a cara en nuestra provincia. 

Es por esto que la participación de los gobiernos locales y subnacionales en los espacios de negociación multilaterales no solo es legítima sino necesaria. La acción climática no puede depender únicamente de la diplomacia nacional; requiere de una gobernanza multinivel que permita a las provincias y municipios incidir, proponer y generar presión constructiva para que los fondos internacionales prioricen la adaptación de los territorios, las ciudades y los sistemas productivos.

La adaptación al cambio climático no es una opción técnica: es una condición de supervivencia política, económica, ambiental y en definitiva humana frente a un planeta que ya cambió. 

Son los Gobiernos Locales y sus Líderes quienes deben pasar de la ambición a la acción con el fin de construir un futuro justo y sostenible para todos. 

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