Una empresa local lidera una iniciativa que mapeará 350 mil hectáreas de estepa patagónica, combinando tecnología satelital y análisis de suelos para optimizar la captura de carbono y la restauración ecosistémica.
En un esfuerzo sin precedentes por combatir el cambio climático, la empresa magallánica Plan-C está desarrollando uno de los proyectos de carbono más ambiciosos de Chile. Mediante una cartografía digital detallada de 350 mil hectáreas de la estepa magallánica, la iniciativa busca sentar las bases para estrategias de manejo regenerativo y protección de la biodiversidad, alineadas con los objetivos climáticos globales.
El proyecto, denominado Respira Patagonia, utiliza imágenes multiespectrales de alta resolución captadas por los satélites Sentinel-2 y Landsat 8, complementadas con radar (SAR) de Sentinel-1. Esta tecnología ha permitido obtener datos precisos sobre la cubierta vegetal, incluyendo formaciones vegetales, niveles de erosión y degradación de pastizales. Además, se realizaron análisis elementales de muestras de suelo, considerados el método más exacto para medir el carbono orgánico.
Manuel Sanhueza, gerente de Plan-C y director del proyecto, destacó que esta cartografía será fundamental para desarrollar un modelo matemático de la curva de carbono, optimizando así las estrategias de restauración en los predios involucrados. «Este trabajo no solo contribuye a la mitigación climática, sino que también fortalece la gestión sostenible del territorio», afirmó.
Los créditos de carbono son instrumentos clave en la lucha contra el calentamiento global. Representan reducciones o remociones verificadas de gases de efecto invernadero, cuantificadas en dióxido de carbono equivalente (CO₂e), y pueden traducirse en compensaciones económicas para los proyectos que los generan.
Para garantizar su transparencia, estos mercados cuentan con estándares internacionales verificados por organizaciones independientes, como ONG, auditorías y universidades. En este contexto, el proyecto de Plan-C no solo promete beneficios ambientales, sino también oportunidades de financiamiento climático para la región.
Con 67 predios analizados en Magallanes, el equipo liderado por el ingeniero agrónomo *Fernando Baeriswyl ha logrado integrar datos satelitales con muestreos en terreno, generando un modelo robusto para la captura de carbono. «Este es un paso crucial para demostrar cómo la Patagonia puede ser un actor relevante en la agenda climática global», concluyó Baeriswyl.
La iniciativa marca un hito en la conservación del sur de Chile, combinando ciencia, tecnología y gestión estratégica para enfrentar uno de los mayores desafíos de nuestro tiempo.