Ayer a las 18.00 distintas organizaciones sociales, gremiales y políticas, se concentraron en la Plaza Almirante Brown para reclamar por “Verdad y Justicia” por Santiago Maldonado a un año de su desaparición forzada y posterior muerte, además de reclamar para que las Fuerzas Armadas no intervengan en seguridad interior. Luego se movilizaron al Espacio de la Memoria donde se leyó un documento único.
Verónica Andino fue la encargada de poner en palabras el sentimiento de quienes acompañaron el acto. “Eduardo Galeano, en su Libro de los Abrazos, se refiere a un debate que surgió luego de la muerte de Salvador Allende sobre si se suicidó o si fue asesinado. Hace un breve comentario acerca de cómo fue que les dijo a sus colaboradores que abandonaran La Moneda y que él los seguiría en pocos minutos. Y pregunta Galeano en la oración final: ¿Qué importa de quién fue el dedo que disparó la bala final?
Ese debate tan inconducente, que magistralmente se resuelve en la pregunta de Galeano, se replica en estos días desde los medios de comunicación, afines y opositores al Gobierno, cuando instalan una discusión sobre si Santiago Maldonado se ahogó en el lugar donde se encontró su cuerpo, o si murió en otro lugar (y otro tiempo) y luego fue “plantado” allí como parte de una cadena de encubrimientos criminales. Nada es más importante en relación a la muerte de Santiago Maldonado que recordar que sucedió en medio de un operativo represivo ilegal orquestado por el Estado”.
Más adelante señaló que “la desaparición forzada de personas por las fuerzas de seguridad no es un hecho nuevo en nuestro país. Tampoco lo es el uso represivo de esas fuerzas que hace el poder político toda vez que los ciudadanos nos organizamos para resistir las injusticias y avasallamientos a los que intentan someternos. Y tampoco lo es la connivencia del poder político con el poder judicial a la hora de disfrazar y desdibujar todos los abusos a los que someten a los más desprotegidos.
Abundar en detalles, ya por todos y todas conocidos a esta altura, sobre la desaparición de Santiago Maldonado por la Gendarmería durante un operativo represivo en Chubut; sobre la catarata de mentiras y operaciones mediáticas impulsadas por el gobierno nacional a través de las redes sociales y de los medios cómplices que se encargan de instalar una historia oficial; sobre el cinismo con que se refirieron los funcionarios del gobierno y su aparato mediático a la desaparición forzada de Santiago, y a la posterior aparición de su cuerpo sin vida en cercanías del lugar donde se llevó a cabo la represión a los mapuches de la Pu Lof de Cushamen, sería no sólo redundante. Sería, además, reducir la gravedad de este hecho a una más de las anécdotas trágicas de nuestra historia como pueblo”.
Nunca más
Desde las organizaciones convocantes plantearon que “la desaparición y muerte de Santiago, el asesinato por la espalda de Rafael Nahuel, la brutal represión de la movilización popular en contra del saqueo a los jubilados y jubiladas en diciembre pasado y finalmente la restructuración de la FFAA anunciada por el presidente Macri, dándoles incumbencia en asuntos de seguridad interna, son hitos en la escalada antipopular de quienes nos gobiernan y está en consonancia con los discursos que vociferan y susurran a los cuatro vientos mientras llevan adelante la mayor entrega de recursos y soberanía de la que tenemos memoria: la construcción de “enemigo interno” es una vieja estrategia de los sectores poderosos a los que representan hoy el gobierno nacional y gran parte de los provinciales. Ya la conocemos. Conocemos sus consecuencias. El campo popular ha sufrido en carne, sangre y vidas la acción de esta complicidad que tuvo su auge en la última dictadura cívico-militar de la que participaron muchos de los que hoy deciden en el gobierno.
A los que ejercemos la memoria, aquellos días en que intentaron amordazarnos en las escuelas para que no nombremos a Santiago Maldonado; para que no usemos las palabras “desaparecido” y “represión”; para que nos callemos mientras ellos instalaban nuevamente el “no te metás” y el “algo habrá hecho”; traen el recuerdo de un horroroso sendero que no merecemos transitar de nuevo”.
Finalmente afirmaron que “sabemos que si no le ponemos freno hoy seguirán avanzando y su voracidad no tiene límites. Sabemos que están en riesgo nuestra libertad, nuestros derechos y nuestras vidas. Nuestra categoría de ciudadanos se reduce a nada si permitimos que quede impune este hecho inédito desde la vuelta a la democracia a nuestro país junto con la desaparición de Jorge Julio López y el asesinato de Rafael.
El ejercicio de la memoria ha sido una necesidad fundamental hasta el 1 de agosto de 2017 para reconstruir lo que hace más de 40 años arrasó la dictadura. A partir de hoy, cuando se cumple un año del asesinato de Santiago Maldonado, debe ser para todos nosotros una urgencia vital. ¡Nunca Más, compañeros! ¡Verdad y justicia no sólo por Santiago, sino por todos los detenidos y desaparecidos en dictadura y en democracia! El estado es responsable”.