La ciudad más próxima en el territorio chileno de la isla grande de Tierra del Fuego posee varias opciones para animarse a recorrer y conocer. Miradores, sectores históricos y referencias de un lugar que espera ser descubierto.
PORVENIR. Salir de vacaciones resulta osado en muchos casos, negligente en algunos e imposible en muchos otros. En épocas donde varios vecinos de nuestra provincia decidieron “vacacionar” en la isla, conocer las opciones del otro lado de la frontera podría resultar de un atractivo interesante.
A unos 235 kilómetros de Río Grande (437 de Ushuaia), la ciudad de Puerto Porvenir, asentada en las costas del Estrecho de Magallanes, posee una cantidad interesante de opciones para los turistas que se aventuran a quedarse unos días de ese lado de la isla.
Tras haber pasado los controles fronterizos de rigor en el paso San Sebastián la carretera a Porvenir posee varios kilómetros de carretera asfaltada. Aunque al llegar a la ruta Y-71 el camino vuelve a ser de tierra. A pesar de esto, el trayecto suma interés por sus paisajes y sus encuentros entre el mar y los acantilados. Son 98 kilómetros de ripio en muy buenas condiciones con las que el último tramo a Porvenir puede resultar interesante y sumamente fotogénico.
Siguiendo por el camino de ingreso al pueblo, sobre la avenida Manuel Señoret 770 se encuentra la recientemente inaugurada oficina del SERNATUR (Servicio Nacional de Turismo de Chile) identificada por un llamativo tótem rosado.
En el lugar y con buena disposición hay información para los turistas acerca de algunos puntos de interés de la ciudad, así como distintos circuitos con diferentes opciones según el tiempo y los intereses.
Dentro de la propia ciudad la plaza Selknam cuenta con estatuas representando a la comunidad aborigen propia de Tierra del Fuego. En tamaño real, y agrupados en la plaza, los Selknam pueden verse y fotografiarse en un espacio de altura con vista al Estrecho.
Otro de los lugares de interés es la iglesia Católica Antigua, uno de los edificios más antiguos de la isla que dejó la historia de los misioneros salesianos, con mucha presencia en toda la región. A pocas cuadras la Plaza de Armas también es un espacio verde de esparcimiento que, con buen tiempo, puede resultar en una buena opción para las tardes.
Caminos y miradores
Volviendo por la ruta Y-71 se puede llegar hacia el Mirador Hain. Un espacio también nuevo, permite divisar la ciudad toda desde el ingreso hasta Bahía Chilota, desde donde sale el Ferry que llega hasta Punta Arenas.
Emplazado en el Cerro Virgen, el mirador Hain incluye además esculturas en madera en homenaje al pueblo Selknam como también información para los turistas del lugar. Iluminación a energía solar y acceso para personas con discapacidad, son algunas de las características que posee este mirador.
Y si de miradores y fotografías se trata, el ubicado en el Cordón Baquedano no se puede dejar afuera de la visita. Volviendo por la Y-71 unos 55 kilómetros aproximadamente, el ingreso se encuentra señalizado. El camino es sinuoso y angosto y no se encuentra en el mejor estado en algunos sectores, pero la aventura vale la pena.
El lugar no solo es un camino al mirador, también posee postas de información donde se explica el trabajo de extracción de Oro que se realiza en el lugar. “Los mineros vivía en ranchos que en el techo tenían tablas y latas de tambores y por paredes bloques de tierra y pastos” explica uno de los letreros de referencia histórica.
“En un año de trabajo duro podían cosechar un kilo de oro por persona, pero el promedio era de 500 gramos. Actualmente los pirquineros viven y trabajan prácticamente en las mismas condiciones que hace 100 años atrás”. En el lugar todavía se pueden divisar los ranchos de los pirquineros.
El mirador es el punto más alto de la isla en ese sector, donde puede verse Porvenir y el Estrecho y con buen tiempo, hasta Punta Arenas. Un edificio con un ventanal amplio y lugar para sentarse terminan de coronar el lugar que lleva de vuelta a la ciudad en un circuito de unas 2 horas de duración aproximadamente.
