El Consejo Federal Pesquero resolvió adelantar nuevamente el inicio de la zafra de calamar Illex argentinus para enero de 2026. La decisión se apoya en informes técnicos, pero se inscribe en un escenario marcado por la depredación de flotas extranjeras en el borde de la Zona Económica Exclusiva y en aguas ocupadas por el Reino Unido en torno a Malvinas.
El Consejo Federal Pesquero (CFP) aprobó un nuevo adelantamiento del inicio de la temporada de pesca del calamar Illex argentinus, uno de los recursos más estratégicos del Atlántico Sur. La medida establece una apertura progresiva de la zafra a partir de los primeros días de enero de 2026 y se fundamenta en recomendaciones del Instituto Nacional de Investigación y Desarrollo Pesquero (INIDEP) y en pedidos del sector potero argentino.
De acuerdo con la resolución, desde el 2 de enero podrán operar los buques entre los paralelos 49° y 52° Sur. A partir del 7 de enero se habilitará la pesca al sur del paralelo 44° Sur para aquellas embarcaciones que ya hayan registrado actividad más al sur. Finalmente, el 9 de enero se abrirá formalmente la temporada para toda la flota potera al sur de los 44° Sur.
Desde el punto de vista técnico, el adelantamiento responde al comportamiento migratorio del calamar, cuya presencia temprana en aguas argentinas permitiría una mejor captura dentro de la Zona Económica Exclusiva. Sin embargo, la decisión no puede analizarse al margen del contexto político y estratégico en el que se desarrolla la actividad pesquera en el Atlántico Sur.
Cada año, cientos de buques extranjeros —principalmente asiáticos y europeos— se concentran en el límite exterior de la ZEE argentina, en la denominada “milla 201”, ejerciendo una presión constante sobre el recurso. A ello se suma la pesca que se realiza en aguas circundantes a las Islas Malvinas, bajo licencias ilegales otorgadas por el Reino Unido, en abierta violación de los derechos soberanos argentinos.
En este escenario, adelantar la temporada aparece como una medida defensiva: permitir que la flota nacional capture el recurso antes de que migre hacia zonas sin control argentino o bajo administración colonial. Lejos de resolver el problema de fondo, la decisión expone una vez más la falta de una política integral que combine control efectivo, presencia estatal, investigación científica y una estrategia firme frente al saqueo de los recursos del Atlántico Sur.
La pesca del calamar vuelve así a evidenciar que la cuestión pesquera no es solo económica, sino profundamente geopolítica y vinculada a la soberanía nacional.


