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Río Grande
19 de noviembre de 2025

El Gobierno habilita la dolarización de deudas de ARCA: cómo funciona y quiénes pueden acceder

La nueva resolución permite que importadores y exportadores opten por dolarizar sus saldos con ARCA acumulados hasta octubre de 2025. Las solicitudes podrán presentarse hasta el 1° de marzo de 2026 y las compensaciones se habilitarán recién a partir de 2027.

El Gobierno habilitó un régimen opcional para que importadores y exportadores puedan dolarizar los saldos a favor acumulados con ARCA hasta el 31 de octubre de 2025. La medida, formalizada mediante la Resolución 1834/2025 del Ministerio de Economía, busca darle previsibilidad al sector y ordenar el calendario fiscal en los próximos años.

Las empresas interesadas deberán manifestar su adhesión antes del 1° de marzo de 2026. Quienes lo hagan podrán utilizar esos saldos dolarizados —ya sea para compensar tributos administrados por ARCA o para solicitar su devolución— recién a partir del 1° de enero de 2027.

El monto de referencia expresado en dólares se fijará tomando el tipo de cambio vendedor del Banco Nación vigente al momento de la entrada en vigencia de la resolución. Para las compensaciones o devoluciones, en cambio, se aplicará el tipo de cambio comprador del día anterior a la operación.

Según estimaciones del sector, la deuda acumulada ronda los US$ 1.500 millones, lo que convierte al régimen en un mecanismo de protección frente a la pérdida de valor en pesos. Las terminales automotrices figuran entre las principales acreedoras y probablemente se ubiquen entre las más interesadas en dolarizar esos saldos.

Desde el oficialismo sostienen que la medida actúa como un puente: ofrece un “seguro de cambio” a las empresas mientras desplaza parte de las obligaciones fiscales hacia 2027, lo que contribuye a aliviar la presión sobre las cuentas públicas en el corto plazo. En contraste, voces críticas advierten que se trata de un artilugio contable que patea compromisos hacia adelante, con el riesgo de generar tensiones en la sostenibilidad fiscal futura.

Para el sector privado, la conveniencia de adherir dependerá de la situación financiera de cada empresa, del uso que proyecten para esos saldos y de sus expectativas cambiarias. Si bien la dolarización aporta previsibilidad, la demora hasta 2027 obliga a planificar con anticipación.

En síntesis, el régimen abre una ventana para que el comercio exterior asegure en dólares créditos que venían demorados, a la vez que el Gobierno reordena sus compromisos fiscales. Su impacto final dependerá del nivel de adhesión y del escenario económico en el que finalmente se concreten las compensaciones.

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