La travesía de un farmacéutico que transformó su vocación en un emprendimiento clave para Ushuaia, Tierra del Fuego, destacando la confianza y el trabajo como pilares fundamentales de su crecimiento en el sur argentino.
Ignacio Naguila, fundador del grupo Farmacia San Martín, forjó su establecimiento fueguino con una claridad inquebrantable desde su juventud. “Me recibí de farmacéutico, yo siempre supe que me iba a venir a vivir al sur, no sabía que tan al sur, pero sabía que me venía”, relata en FM Master’s.
Oriundo de Burzaco, en el conurbano bonaerense, asegura que “siempre sabía que me iba, eso lo tuve desde chiquitito”. Tras recibirse, una experiencia laboral en Capital Federal terminó de definir su rumbo: “Yo tenía clarísimo que esa vida no era para mí, viajar dos horas de ida y dos horas de vuelta en colectivo, como ganado, no era mi vida, no lo quería. Y otra cosa que yo tenía clarísimo es que no quería ser empleado, eso lo tenía como algo muy personal”.
Su destino se materializó al leer un aviso en el diario. “Leí el diario Clarín -en ese entonces los trabajos se buscaban por el diario, no existía internet- y ahí sale un aviso para que necesitaban farmacéutico para Ushuaia”.
Con una visión emprendedora, realizó una contrapropuesta que marcaría el inicio de todo. “Yo sabía que en Tierra del Fuego no había nadie que tuviera laboratorio de recetas magistrales. Entonces, mi contrapropuesta fue, yo pongo las drogas y la sapiencia de la preparación magistral, abrimos el primer laboratorio, y en esa parte somos socios”. La propuesta fue aceptada y así llegó a Ushuaia el 22 de diciembre de 1996, para trabajar con la familia Jordá, a quienes recuerda con profundo agradecimiento.
El camino hacia la independencia fue de trabajo arduo y ahorro constante. “Yo ahorraba constantemente, soy una persona ahorrativa, me siento cómodo gastando menos de lo que me ingresa”. Tras un año, les comunicó su decisión de independizarse.
La respuesta de sus empleadores fue inesperada y crucial. “Ellos me dijeron que estaba todo bien, pero que me ayudaban a comprar algo”. Así adquirió el local en calle Kuanip, que entonces era un lugar alejado. “Eso era lejos, era muy lejos en los 90. No es lo que es ahora (…) era un turbal, era muy distinto”.
Mientras seguía trabajando y ahorrando, llegó el momento decisivo. “En un momento, vuelvo a decirle a ellos que me iba. Y ahí es donde ellos me dicen, ‘bueno, en este momento te vendemos la farmacia San Martín’”.
Sin embargo, la duda por las cuotas lo asaltó. “No me daba la plata, tenía que asumir unas cuotas que yo consideraba que no las podía pagar”. En una reunión crucial, Miriam Jordá lo interpeló. “¿La querés o no la querés?”, le preguntó. Al responder que sí, ella insistió: “¿Tenés miedo?”. Naguila confesó: “Me da cosa no poder cumplirle”.
La respuesta fue un acto de confianza que definió su futuro. “Me da un papelito en la mano y me dice, ‘si vos no me la podés pagar, esta persona te la compra de contado’”. Con ese respaldo, arriesgó y adquirió la farmacia, el germen de un grupo que hoy es un pilar en la provincia.


